Publican miles de libros, pero fallan en distribuirlos

A pesar de haber dado vida a la Feria Internacional del Libro (FIL), el encuentro editorial más importante de Iberoamérica, la Universidad de Guadalajara (UdeG) se enfrenta a problemas para comercializar y distribuir su producción editorial.
Esto explica que 469 mil 917 libros permanezcan abandonados en las bodegas de sus 15 centros universitarios, del Sistema de Educación Media Superior y de la Editorial Universitaria.
Por mucho, el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) y la Editorial de la casa de estudios les llevan a todos la delantera, con 163 mil libros y 129 mil ejemplares almacenados, respectivamente.
En el lado contrario, pone el ejemplo el Centro de los Valles en Ameca, con sólo 172 libros embodegados, seguido por el centro de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, con 708 libros, y el de Ciencias de la Salud, con 718 títulos.
¿Por qué tantos libros sin lectores? El director de la Editorial Universitaria, Edgardo López Martínez, dice que dos son los factores que obligaron a que los tirajes fueran altos y los almacenes se llenaran: sigue prevaleciendo en el imaginario de todas las instituciones la lógica de considerar el tiraje como un elemento de calidad, a mayor tiraje mayor calidad del autor. El otro factor es que sigue prevaleciendo también el sistema tradicional que cotiza sobre un tiraje de mil ejemplares.
Y luego, ¿qué sucede con estos ejemplares? Lograr su distribución se complica si no tienen un carácter estrictamente comercial, como suele suceder con muchos de los productos de investigación, acepta López Martí-nez.
“Desafortunadamente, la industria editorial tiene un énfasis muy marcado en ciertos títulos y no siempre las investigaciones académicas son del interés de las cadenas comerciales”.
A esto se suma que en la máxima casa de estudios de Jalisco no existe una entidad a cargo de la distribución y comercialización de toda la producción editorial. “Hacer una política de distribución tiene un costo, y algunas veces puede ser más caro que el propio costo del libro”.
En los hechos, cada centro universitario cuenta con un consejo que elabora sus propios títulos y diseña sus políticas de comercialización. Aunque en el contenido de sus bodegas se pueden apreciar sus magros resultados. Al final del día, la Editorial Universitaria sólo coordina 20% de la producción editorial de la UdeG.
Juan Toscano García de Quevedo, director del Centro de Capacitación de Imagen y Cultura, explica que es muy fácil editar libros, pero el problema está en su distribución: “Cuando no se tiene una inteligente estrategia de distribución, los libros se van a la bodega. Es muy fácil para la instancia encargada de su distribución que no los quiera, pueda o sepa repartir”.
Para el experto se trata de un grave problema que sufren múltiples instituciones, pues editan sin prever y anticipar canales de distribución. “Los libros deben estar en manos de los lectores. Si no son capaces de distribuirlos, mejor que no sigan imprimiendo”.
FRASES
«Cuando no se tiene una inteligente estrategia de distribución, los libros se van a la bodega. Es muy fácil para la instancia encargada de su distribución que no los quiera, pueda o sepa repartir»
Juan Toscano García de Quevedo, director del Centro de Capacitación de Imagen y Cultura.
«Hay muchos libros maravillosos que se editaron en la administración pasada –toda la colección Letras de Jalisco– y la verdad me parece indebido que estén perdiéndose en las bodegas»
Myriam Vachez Plagnol, secretaria de Cultura.
«Muchos libros ya perdieron su vigencia y será impo-sible colocar-los en canales comerciales.
Debe haber una suma considerable de ellos… Una acción es que todos se clasifi-quen e identifiquen, y los que ya no tengan vida posible que se manden a la trituradora»
Edgardo López Martínez, director de la Editorial Universitaria
¿Cómo vaciar las bodegas?
Edgardo López Martínez señala que en la Editorial Universitaria han venido reduciendo los tirajes, apoyándose en el libro electrónico. “A los centros universitarios les facilitamos los canales de comercialización establecidos, los convenios con distribuidores, la presencia en ferias y distribución con librerías”.
Lo que buscan, dice, es que el libro circule y se pueda vender “aunque no siempre es posible que todos se vendan… hemos hecho remates en las ferias. Pero también habría que revisar los términos para que pueda hacerse una donación o circulación gratuita”.
Señala que los convenios de distribución con otras entidades dependen de cada centro, y dice que está contemplándose la posibilidad de intercambiar obras con la Red Nacional de Editoriales Universitarias.
Al menos en la FIL, la presencia comercial de cada centro se unificó desde hace seis años, lo que facilita su distribución. “Antes cada centro ponía su propio stand; ahora la Editorial asume ese rol y le damos salida a todo el acervo en el Pabellón Leones”.
Sacan de la bodega 21 mil libros
En la bodega de Calzada de Las Palmas número 40, junto al Parque Agua Azul, se encuentran 26 mil 981 libros editados por la Secretaría de Cultura.
De algunos sólo quedan tres ejemplares, como la monografía del arquitecto Gonzalo Villa Chávez, pero de otros, la cifra llega casi a los dos mil títulos, como la Guía Arquitectónica de Rafael Urzúa, editada en 2005 por la dependencia.
Se trata de libros que se acumulan desde administraciones pasadas, reconoce Samuel Gómez Luna Cortés, director de Investigaciones y Publicaciones de la Secretaría. Sin embargo, ¿por qué se acumulan tantos ejemplares?
La respuesta no es simple: “Quizás se hacían tirajes rebasados a nuestra realidad, considerando que tenemos un bajo índice de lectura. Se sacaban tirajes sumamente altos para ciertos materiales que tenían un público muy especializado”.

Hoy la Secretaría de Cultura busca darles una salida. De hecho, en 2013 sacó de la bodega poco más de nueve mil ejemplares y este año, la cifra asciende a 12 mil 969. En total, suman 21 mil 987 los títulos que han sido distribuidos principalmente en bibliotecas y casas de cultura, escuelas, centros de asistencia social, sociedades o academias culturales, a través de solicitudes de donación.

“Hay muchos libros maravillosos que se editaron en la administración pasada –toda la colección Letras de Jalisco- y la verdad me parece indebido que estén perdiéndose en las bodegas”, señala la secretaria de Cultura, Myriam Vachez Plagnol.

Explica que los han puesto a la venta a precios muy económicos en cuanta feria tienen presencia, “particularmente en la Feria de Los Ángeles y en la FIL… seguiremos sacando, regalando o poniendo en librería los que hay”. Pero no tiene una fecha precisa para sacar el cúmulo de ejemplares.

El director de patrimonio cultural, Tomás Orendain Verduzco, dice que se están buscando programas para incrementar los módulos de expedición de estos libros.

Samuel Gómez Luna Cortés adelanta que se tiene planeado hacer una venta masiva, aunque no se ha definido la fecha. También afirmó que se lanzará una convocatoria para que instituciones, grupos, academias culturales y escuelas, puedan mandar sus solicitudes de donación para empezar así a distribuir de forma masiva. A su vez, se buscará reducir el costo del libro.

LA VOZ DEL EXPERTO
Los libros deben estar en manos de los lectores

Juan Toscano García de Quevedo (director del Centro de Capacitación de Imagen y Cultura).

Para el especialista en temas culturales, uno de los grandes problemas que comparten las administraciones de todos los colores, pero también instituciones y universidades públicas y privadas, es que “todas quieren editar libros y luego no saben repartirlos”.

Para evitar que sigan almacenándose, plantea que a la hora de editar un libro se prevean siempre los caminos de distribución dentro del proyecto editorial. “Ahora lo que tenemos que hacer es sacar todos los libros y hacer una especie de venta masiva en la metrópoli y en el interior del Estado, con precios simbólicos, aunque no se recupere el costo”.

A la Secretaría de Cultura le sugiere realizar ferias estatales de ediciones oficiales en Ciudad Guzmán, Puerto Vallarta, Lagos de Moreno y Autlán. Pero también la dependencia tiene la obligación de donarlos, “incluso antes de ponerlos a la venta, debe crear lotes de libros para todas las bibliotecas municipales del Estado, y también para surtir a las escuelas”.

Imprimirán más libros este año

Este año, la producción de la Secretaría de Cultura crecerá cinco veces al pasar de seis ejemplares editados en 2013 a 31 en 2014. ¿Cómo asegurar que no terminen en la bodega? Para empezar, dice Myriam Vachez, hay que limitar el tiraje, “quisiéramos no ir más allá de mil ejemplares, que son más fáciles de repartir… había tirajes de 10 mil, cinco mil o dos mil, dependiendo del libro; pero por el momento sólo estamos imprimiendo mil ejemplares de cada libro”.

La idea es que el libro que salga sea inmediatamente repartido. “Tenemos que enviar a Conaculta, a todas las bibliotecas del Estado, e incrementar todos los acervos de aquellos que nos han pedido libros”.

Samuel Gómez Luna Cortés, director de Investigaciones y Publicaciones de la Secretaría, explica que buscan que los libros tengan un tiraje manejable, “hay ciertos autores que se difunden más fácil que otros y tenemos que hacer la valoración previa en virtud de lo que se puede trabajar”.

Subraya que se enfrentará el problema de la distribución de libros a través de canales probados, como la donación a centros culturales y la realización de una megaventa a futuro.

Adelanta que actualmente están en proceso de impresión 31 títulos seleccionados a través de un proceso de convocatorias para nutrir sus nuevas colecciones —una de textos infantiles, otra de literatura fantástica y ciencia ficción, una más de estudios humanísticos, otra de libros raros y documentos inéditos, a las que se suma “Garbanzos de a libro” para novela, cuento y poesía—.

A su vez, alistan una colección dedicada a los autores del interior del Estado, así como coediciones con el Fondo de Cultura Económica, la UdeG y otras editoriales, como Pollo Blanco y Quid.

El especialista Juan Toscano García de Quevedo aplaude la medida, pero hace un llamado a preparar los canales de distribución apropiados.

“La Secretaría tendría que tener los nexos en toda la Entidad y los conductos para distribuir estos libros ampliamente”. De lo contrario, “si no son capaces de distribuirlos, mejor que no sigan imprimiendo”.

En tanto, Gómez Luna señala que el mecanismo de selección brinda la oportunidad de publicar “en condiciones de igualdad”, ya que se participa con pseudónimo y los jurados —miembros de la Benemérita Sociedad de Geografía e Historia de Jalisco— poseen “connotada habilidad y conocimiento” en estas áreas.

LA CIFRA

20% Es apenas el porcentaje que la Editorial Universitaria coordina sobre la producción de libros de la UdeG.

163 mil libros tiene en sus bodegas el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

600 títulos es el promedio anual de libros publicados por la Universidad de Guadalajara.

5 veces creció la producción de la Secretaría de Cultura entre 2013 y 2014.

31 títulos serán publicados este año por la Secretaría de Cultura.

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¿Cuál debería ser el destino de los miles de libros que permanecen abandonados en las bodegas de la UdeG y Secretaría de Cultura?