Vaticano conjura peligroso deterioro en frescos de la Sixtina

El Vaticano ha puesto a punto de un moderno sistema de acondicionamiento del aire que permitirá frenar el deterioro de los frescos de la Capilla Sixtina, causado por los casi seis millones de visitantes que recibe al año esa joya del Renacimiento. El director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, informó que los nuevos aires acondicionados de última generación serán presentados al mundo el próximo 31 de octubre, junto con una nueva iluminación con tecnología LED. «El aparato que había sido colocado en 1994 para un flujo de personas que era aproximadamente un tercio del actual, resultaba ya inadecuado e ineficiente. Era necesario sustituirlo con uno de nueva proyectación y de última generación. Es lo que hicimos», dijo en conferencia de prensa. «De otra manera el riesgo era el de activar una mezcla de humedad y contaminación que podía ser, a largo plazo, una tendencia peligrosa para la correcta conservación de los murales, casi dos mil 500 metros cuadrados que son parte de la antología artística más importante del Renacimiento Italiano», agregó. Con más de 500 años, la capilla es actualmente uno de los atractivos turísticos más importantes del mundo. Según datos oficiales, el templo ha llegado a recibir picos de 20 mil visitantes por día. En apenas 40 metros de largo por 14 de ancho y 22 de altura en su parte central, la Sixtina ha llegado a contener un mínimo de 700 y un máximo de dos mil personas contemporáneamente. «La presión humana a la cual es sometida exigía una intervención radical que asegurase el recambio de aire, la disminución del polvo y de la contaminación, el control de la temperatura y de la humildad, el anhídrido carbónico tenido en niveles aceptables», insistió Paolucci. «La capilla es el objeto del deseo de hombres y mujeres de todas las nacionalidades no sólo porque es un ícono de la historia del arte, también es un lugar de identidad para la Iglesia de Roma, donde se elige al Papa, casi como un santuario para los católicos», apuntó. Explicó que fueron necesarios tres años de «minucioso trabajo» con expertos a nivel internacional para llegar al resultado ideal en materia de acondicionadores e iluminación. Los equipos costaron unos tres millones de euros (unos 4.09 millones de dólares) que fueron aportados por dos empresas multinacionales. La iluminación estará compuesta por unos siete mil puntos LED capaces de equilibrar las radiaciones infrarrojas, ultravioletas y azules, para reducir al mínimo el impacto sobre los colores de los frescos. Además el nuevo sistema bajará 50 por ciento del calor a nivel de luces y también se tendrá un ahorro energético de la mitad. Paolucci destacó que «se requería una iluminación ligera y al mismo tiempo total, no invasiva, respetuosa de la compleja realidad iconográfica, estilística e histórica de la Sixtina». «No se trataba de privilegiar sólo a Miguel Angel sino permitir, con la nueva luz, la posibilidad de una lectura quieta, objetiva y al mismo tiempo delicada, capaz de expresar todos los detalles de los diversos pintores», ponderó. El director de los Museos Vaticanos precisó que con seis millones de visitas al año se alcanzó el tope máximo de personas que puede recibir la Capilla Sixtina, ya que ampliar aún más ese número resulta físicamente imposible. «La salud de los frescos es óptima y con este aparato permanecerá mejor. Nuestro punto de referencia es el lapizlazu azul del Juicio Final de Miguel Angel, que en su época fue comprado en Afganistán, como descubrimos hace poco», dijo a su vez Fabio Morresi, del Laboratorio de Investigación Científica y Diagnóstica de los Museos.