Alvaro Enrigue dedica premio a un «México en luto»

La inauguración de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, fue signada por una declaración de principios: »México está de luto porque todavía hay gente que cree que puede silen-ciarnos a balazos.
No pueden. No nos van a callar, nos van a tener que matar a todos si quieren que se nos olvide Ayotzinapa», dijo el escritor Álvaro Enrigue al recibir el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska.
El autor jalisciense, premiado por su novela »Muerte súbita», fue el encargado de dirigir unas palabras y agradecer los reconocimientos a nombre de todos los ganadores, Mayco Osiris Ruiz, primer lugar del Premio de Poesía Joven »Alejandro Aura» y los promotores culturales Luis Arévalo Venegas y Delia Hernández acreedores del Premio Carlos Monsiváis al Mérito Cultural.
»Es mi encargo agradecer a nombre de todos los premiados, yo no soy nadie para hacerlo pero sí alguien que puede agradecerles a ellos», dijo.
Así, el escritor se dirigió a Osiris Ruiz: »gracias por seguir siendo poeta a pesar de que México está de luto», refirió.
A los promotores culturales les indicó: »Han entendido, dentro de ese interminable luto nacional que no deja de agobiarnos, que lo único que nos puede salvar son las redes, el arte y la lectura, el ejemplo. Gracias Delia, Luis, Mayco».
Por su parte, el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, indicó que la XIV edición de esta feria debe »simbolizar la paz que estamos clamando todos y por la que todos vamos a trabajar».
»La paz con los premios entregados el día de hoy, la paz con toda la cantidad de libros aquí reunidos, la paz con toda la creación que tenemos, la paz representada en la ciudad de México con la Feria», agregó.
La madre, DF
El discurso de Enrigue no sólo sirvió para el reclamo, sino también para hablar sobre lo que la ciudad ha significado en su historia personal y en su trayectoria literaria.
»Llegué a la ciudad de México antes de cumplir un año, eso quiere decir que aquí aprendí a caminar y a hablar. Todavía recuerdo la mañana luminosa en que aprendí a leer. Aquí fui a la escuela, aquí me curaron de un mal de las vías respiratorias que me había hecho la vida entre difícil e imposible, aquí aprendí que si suficiente gente lo reclama el gobierno se dobla y que lo mejor de las desgracias es que también pasan. Que pasen nuestras desgracias, madre DF, que pasen ya y que México vuelva a ser de los mexicanos», dijo.
Y agregó: »En la universidad aprendí que los amigos no se van ni cuando se mueren, aquí están mis amigos. Aquí descubrí a los 15 o 16 años esa concesión del paraíso que son las librerías. Aquí escribí mi primer reclamo literario, un poema infecto, y la ciudad es tan generosa que me lo publicaron; aquí tejí mi primer artículo de periódico, aquí publiqué mi primera reseña, aquí levanté mi primera novela, aquí murieron mis abuelos y aquí nacieron mis hijos. Lo de siempre, en el DF todo es historia y todo es simultáneo».
Asimismo, añadió que en la ciudad aprendió que »el que no se rifa se aplatana y que chin chin el que le saque, que el que aguanta vara la rompe».
A partir de este sábado y hasta el 19 de octubre, el Zócalo será la sede de esta feria que abarca una superficie total de 7 mil 920 metros cuadrados, que incluye los espacios de exhibición, con 292 expositores y la oferta de más de 350 sellos editoriales.
En esta decimocuarta edición, la Feria ofrece más de 750 actividades artísticas y culturales, incluyendo algunas en el Metro de la Ciudad de México: presentaciones de libros, charlas, tertulias, lecturas en voz alta, espectáculos escénicos, cuenta cuentos, recorridos, comparsas, espectáculos callejeros, trueque de libros, cine y música en vivo.