¿Y quién gobierna en México?

Los Pinos, las joyas editoriales del The New York Times y del británico The Guardian, deberían convencerlos de que ya deben empezar a remojar las barbas. Son un toque severo de atención, acompañado de las alertas rojas desde la ONU, la OEA, la OCDE y –¡cuidado!– la Reserva Federal del Imperio.
El primer periódico –considerado por muchos analistas como el mejor del mundo, desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial– desliza una preocupación – advertencia – amenaza, sobre la masacre estudiantil de Guerrero: “¿quién gobierna en México?, pregunta el rotativo.
Los memoriosos recuerdan a mi sociólogo favorito, C. Wright Mills, quien hizo una pregunta de esa envergadura, al fracasar el gabinete de John F. Kennedy en el churro de la invasión a Bahía de Cochinos: “¿quién gobierna a los Estados Unidos?, preguntó el gran autor de «La élite del poder».
El segundo diario, considerado como el gran editorial del pensamiento inglés de avanzada, rubrica:? “¡en México, están matando niños, ya no hay que especular!, asiente.
El hecho de que estén matando niños, es una historia reseñada los últimos ocho años por todos los medios del mundo. No es noticia, desgraciadamente. Es como aquel cabezal periodístico al que se recurre con frecuencia: “¡un perro mordió a un hombre!”
Pero la observación del The New York Times, el diario republicano por excelencia, es decir, el de los señores del petróleo y de la industria y el dinero pesados, cala, tiene además mucho mar de fondo.
Diversos corresponsales estadounidenses me han expresado en el último año, la preocupación del Tío Sam por el abandono en las tareas del gobierno mexicano? o el desenfado cuando se aplica a resolver temas que deberían enfocarse con mayor conocimiento o expertise. Como que ser empeñoso en lo inútil, ¡es peor que ser güevon!, interpreto y traduzco.
Los he notado con gran preocupación sobre las verdaderas debilidades en el cuidado de imagen y la propensión a aparecer más en las pantallas chicas que en donde se generan los problemas. No están administrando ni la casa, ni el rancho, me dicen.
La delegación de tramos considerables de poder es evidente, señalan. Un país de este tamaño no puede ser manejado por secretarios particulares y jefes de oficina, menos cuando el poder demócrata de Barack Obama es una simple sombra de lo que tiene que ser. Y aquí debería estar operando una especie de equipo de equilibrio y prospectiva, ¡no un gabinete que se la pasa cosiendo y cantando!
FINANZAS NACIONALES, GRAN FRACASO
De ahí vienen muchos, si no todos los fracasos. Las rectificaciones que hace el FMI sobre el tan cacareado porcentaje de crecimiento que el Virrey Videgaray ubicaba en 5% (je, je, je) y desmentir el supuesto efecto benéfico de las reformas estructurales.
Todo el gozo, al pozo. Ni las cifras ofrecidas, ni el efecto reformista. Muy grave.
En el FMI se rascan las cabezas de nervios, pues la opinión pública mexicana, dicen,no tardará en darse cuenta que las cuantiosas sumas de la reserva mexicana sólo sirven para fortalecer… ¡al dólar! ?
Y que la inopinada voz de alerta que dio la revista Forbes la semana pasada para que México retirara fondos para beneficiar a nuestra Nación, era más cierta que una catedral.
Pero…
TAMPOCO HAY NEGOCIACIÓN POLÍTICA
Lo mismo en materia política. El gobierno mexicano reacciona como con “cruda moral” al querer resolver todo, a cambio de nada, sin una negociación previa, sin el toma y daca que es la regla de oro de los sistemas políticos. ¡Tooodo, antes que perder las ocho columnas! Aunque lo que se pierda sea el método del sistema político, tan frágil que lo pone de cabeza la descocada ilusión de impresionar al Presidente.
En consecuencia, “resuelve”, pero no soluciona. Queda a deber por exceso en el ofrecimiento desatado, en busca de “posicionarse” mejor en los medios electrónicos, con templete a modo y toda la cosa.
Se debe dar todo, parece ser la consigna. Pero que nadie toque o impugne la obra cumbre del régimen: las reformas estructurales, que deben alcanzar para catapultar al Virrey Videgaray y ganar “de calle” en el 2018 (otra vez, je, je, je).
PURO ESPECTÁCULO DIZQUE POLICIACO
El colmo de este episodio. La llegada del inútil Tomás Zerón (?) director de la «Agencia de Investigación Criminal» a Iguala, comandando una caravana aérea de seis helicópteros de la PGR con hélices batientes y tomas abiertas (¡aguas!, no se vayan a caer) a Iguala, rellenos de técnicos forenses, como si fuera un remedo de la invasión a Vietnam. ¿Zerón, en su papel de Coronel Kilgore, interpretado por Robert Duvall en Apocalypse Now? Es de risa loca.
Retrata de cuerpo entero a los «güeros de rancho» que hoy dizque mandan. Al comanche Zerón ¡sólo le faltó la música de fondo de la banda de Zacazonapan!
¿Usted cree que la gente no se da cuenta de los despropósitos?
Y todo para… ¡volver a hacer el ridículo! Ya lo verá usted.
PERO NADA VA A PASAR… HASTA QUE
En todo el mundo, continúan los corresponsales, cuyos nombres no se dan, para no causarles más risa de la que ?ya portan, en todo el mundo saben de la asociación en México entre los poderes locales, las fuerzas armadas, los partidos y los policías con los delincuentes, asesinos y trasegadores. El único lugar donde nadie se da cuenta de lo que sucede es… aquí ¡en el México mágico!
Aquí no pasa nada… ¡hasta que pase.!
Aquí todo se puede… ¡hasta que ya no se pueda!
Triunfa de nuevo Atzayacatl sobre Quetzalcoatl: ¿para qué gano , si puedo perder?
Así que, a trabajar, antes de que lleguen «los rápidos del Oeste» y levanten al santo y las limosnas. El grito es desesperado y urgente.? México ya no aguanta a comprobar –sonsonete que ya suena a ridiculez– que se llegue al 5% de crecimiento del PIB.
Ya es sólo el tiempo de recoger las varas, aunque todavía no se cumplan ni los dos años de la restauración Atracomulcas-Zedillistas, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Ofrecer disculpas no es suficiente. Un crimen de Estado, como bien lo define el grupo guerrillero Ejército Popular Revolucionario (EPR) no queda saldado ni mucho menos castigado cuando aquel quien las declara –buscando efectos meramente mediáticos– carece de credibilidad, cual es el caso del neo dirigente perredista Carlos “Chucho” Navarrete, ¿no cree usted?.