Frente a su gran mural La imagen del hombre, el recién fallecido Luis Nishizawa (1918-2014) recibió un homenaje emotivo e íntimo.
Sus familiares, amigos, autoridades y diplomáticos se reunieron para despedir ayer al artista plástico en el salón de la Secretaría de Educación Pública que lleva su nombre.
Un adiós para el paisajista y uno de los referentes de la plástica nacional del siglo XX, del maestro que formó a decenas de pintores.
Y para despedirlo, la urna con sus cenizas, llegó poco después del medio día al salón de la SEP, donde está su mural de cerámica vidriada.
En ese salón lleno de amigos, familiares –sus hijos Gabriel, Eva, Luis y Adriana- y autoridades culturales como Rafael Tovar y de Teresa, María Cristina García Cepeda, entre otros, se reunieron para rendir homenaje al artista.
El primero orador sería Gabriel, hijo de Nishizawa, quien recordaría las virtudes como artista y ser humano de su padre.
Luego vendrían las palabras de la presidenta de la Academia de las Artes, Louise Noelle Gras.
Ambos oradores dieron discursos sentidos, pero el embajador de Japón en México, Shuichiro Megata, fue más elocuente y dijo que Luis Nishizawa “fue un gran samurái azteca…, un mexicano ilustre con estirpe japonesa …, y un ser excepcional”.
El diplomático japonés evocó a Luis como un ser modesto y sencillo, pero sobre todo como el maestro que deja una escuela, de “esos que jamás se olvidan”.
Respecto a su obra, Shuichiro Megata dijo que es una de las más representativas de la plástica mexicana y cuya resonancia traspasa las fronteras y generaciones.
En este punto, destacó que el legado de Nishizawa pertenece a todos los hombres y mujeres del mundo.
Su partida, añadió, es una enorme pérdida que en Japón, el pueblo y gobierno la hicieron propia.
“Y en el terreno personal, lamento perder a un amigo que me ayudó a tender puentes entre Japón y México, que ayudaron a ensanchar el intercambio cultural entre ambos países”.
Al final, el titular de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor señaló que con este acto “ofrecemos a nuestro homenajeado que siempre la institución que formó José Vasconcelos habrá de tenerlo como referente para formar nuevos mexicanos con capacidad de responder a los problemas de la vida”.
Y también Luis, añadió “nos enseñó que la belleza es un lenguaje universal; y el arte, la expresión más acabada de ese idioma”.
Ahí, frente al mural La imagen del hombre, dijo que esta obra refleja la esencia de su autor: parte del sincretismo, del equilibrio de símbolos y tradiciones, tiempos y espacios con lo que este notable artista pinceló toda su existencia.
Por ello, agregó, la conjugación de sus raíces mexicana y japonesa fue el manantial del cual surgió un trabajo que irradia belleza y trasmite emoción.
Al final, las guardias de honor se fueron sucediendo. La primera fue realizada por Emilio Chuayffet, los hijos de Nishizawa –Gabriel, Eva, Adriana y Luis-, Rafael Tovar yd e Teresa y el embajador de Japón Shuichiro Megata.
