Tragedia humana sufren migrantes

La casa de la Caridad Cristiana – Hogar del Migrante convocó a no descuidar la realidad de las emigraciones centroamericanas hacia los Estados Unidos de Norteamérica, ni las condiciones en las que se realiza el penoso peregrinar de masas humanas arrancadas de sus lugares de origen por los efectos de la desigualdad, la marginación, la pobreza y la injusticia, así como por la violencia.
La Pastoral Social, encabezada por el sacerdote Rubén Pérez Ortiz, convocó a la sociedad y a sus instituciones públicas y privadas a no perder de vista esta lastimosa realidad, ni a descuidar la precariedad con la que se realizan las acciones de carácter humanitario que se realizan a través de la Casa de la Caridad Cristiana-Hogar del Migrante. Destacó que la operatividad del refugio ofrecido a la comunidad migrante, tanto centroamericana como nacional, tiene su centro en las aportaciones en especie y en tiempo de la propia sociedad y de sus organizaciones, incluido el trabajo voluntario de la feligresía.
La Casa de la Caridad Cristiana convocó a las diferentes autoridades federales, estatales y municipales, así como a los organismos autónomos relacionados con la defensa y protección de los derechos humanos, para trabajar de manera conjunta en pro de las comunidades migratorias, del respeto de su dignidad humana y del derecho natural que les asiste.
La Casa de la Caridad Cristiana consideró que la respuesta de las instituciones a su convocatoria ha sido importante y será definitiva para el diseño de las acciones y estrategias que deberán darse de manera conjunta con la sociedad para ofrecer una mayor certidumbre a las masas migratorias y para darle impulso al valor de la solidaridad, que tanto se requiere en tiempos como los que corren.
Es de recordarse que la Casa de la Caridad Cristiana se encuentra ubicada en el barrio de Tlaxcala, en donde se encontró con una problemática social compleja y que, gracias a la interoperatividad de las autoridades federales, estatales y municipales se ha venido resolviendo poco a poco.