Groenlandia, territorio autónomo del reino de Dinamarca, se prepara para celebrar elecciones anticipadas en menos de dos meses en medio de una crisis política provocada por el supuesto abuso de fondos públicos que se ha llevado por delante al gobierno y a su presidenta.
La comisión de cuentas del Parlamento reveló hace una semana que la presidenta, la socialdemócrata Aleqa Hammond, había usado algo más de 14 mil 200 euros de las arcas públicas para viajes de avión privados y gastos de hotel de su familia.
Hammond, que tardó más de un año en saldar la deuda, habló de un malentendido, pero ante el revuelo generado, pidió una excedencia mientras se investigaba el caso, concedida por el Parlamento.
La salida de la coalición de gobierno del liberal Atassut y la dimisión de cuatro ministros, dos socialdemócratas, precipitó la convocatoria de elecciones anticipadas el 28 de noviembre, año y medio después de que el Siumut de Hammond, tradicional dominador de la política groenlandesa, recuperara el poder.
Otros ministros y exministros de este partido han presentado también documentación sobre sus gastos ante la comisión de control, que pese a la disolución del Parlamento seguirá investigando el caso, informó hoy la televisión pública KNR.
El presidente en funciones, el socialdemócrata Kim Kielsen, ha tenido que redistribuir las áreas de gobierno por las dimisiones para afrontar las semanas previas a los comicios.
El Siumut ya ha convocado un congreso extraordinario para elegir a un nuevo presidente tras la salida de Hammond, la primera mujer en gobernar esta isla de más de 2 millones de kilómetros cuadrados, el 80 % cubiertos por el hielo, y apenas 56.000 habitantes.
Groenlandia aprobó en 2009 un nuevo estatuto de autonomía que ampliaba el de 1979 y reconoce el derecho de autodeterminación de esta isla dependiente de la subvención anual de Copenhague, casi un tercio de su presupuesto, pero que confía en los futuros ingresos de su subsuelo para poder lograr la independencia a medio plazo.