Sin vigilancia, leves incidentes en marcha en marcha

Por primera vez en muchos años hemos marchado sin la presencia de la policía, destaca Félix Hernández Gamundi, integrante del Comité de Huelga del Movimiento Estudiantil del 68 ante miles de manifestantes en la plancha del Zócalo capitalino que hicieron el histórico recorrido, esta vez sin violencia, desde la Plaza de las Tres Culturas.

Sólo vidrios rotos en tres sucursales bancarias y en un restaurante, así como pintas en éstos y en otros sitios, paredes y cortinas de negocios, fue el saldo que dejaron jóvenes que se dicen anarquistas, quienes marcharon del Casco de Santo Tomás al Zócalo.

Autoridades capitalinas calcularon en 25 mil las personas participantes, mientras que los organizadores sólo expresaron que hubo una asistencia masiva.

Desde antes de iniciar la marcha, integrantes de quienes se autodenominan anarquistas, muchos de los cuales se cubrieron el rostro, hombres y mujeres, insistían, uno en alta voz y otros a través de volantes y pancartas, que anarquista no era sinónimo de violencia.

A la cita de cada año llegaron estudiantes que se encuentran en paro en el Instituto Politécnico Nacional. Les siguieron los alumnos de laUNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Chapingo, laUniversidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), entre otras, además de los sindicatos de maestros y electricistas que se mantenían al margen de los anarquistas.

“Juntos pero no revueltos”, dijo un joven universitario.

El recuerdo a los caídos hace 46 años en la Plaza de las Tres Culturas inició al mediodía con el arribo de integrantes del Comité del 68 para realizar un homenaje ante el monumento. Los acompañó un grupo de danza prehispánica que dedicó algunos bailes a la memoria de los muertos, así como unas porras en memoria de Raúl Álvarez, el ex líder que falleció hace siete días.

“Se ve, se siente, Raúl está presente” y “2 de octubre no se olvida, es la lucha combativa”, gritaban mientras se concentraba la multitud.

En punto de las 16:00 horas el Comité del 68, integrado por los sobrevivientes de dicha masacre, salió de la plaza para encabezar la marcha entre consignas.

La alerta surgió al acercarse a las inmediaciones del Teatro Blanquita; la detonación de un cohete encendía el temor de que la violencia se haría presente, con la llegada de punketos y más anarquistas.

Media hora después de que inició la marcha los contingentes seguían llegando por Eje Central Lázaro Cárdenas y Flores Magón, a un costado de la Plaza de las Tres Culturas. Los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) esperaban pacientes que todos los estudiantes y organizaciones avanzaran para acomodarse en la retaguardia.

Atrás venían los jóvenes de los Colegios de Ciencias y Humanidades, los cinco representados —Sur, Oriente, Naucalpan, Azcapotzalco y Vallejo—. “Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha estudiantil por América Latina”, coreaban los jóvenes. Algunos de ellos llevaban aerosoles y pintaban los muros a su paso. “Acteal no se olvida”, se leía.

Un pequeño contingente de la Universidad Autónoma Metropolitana se mezclaba entre los pumas, así como integrantes de las Normales Rurales de Michoacán. Todos unían sus gritos para los huelums y los goyas. La juventud se imponía y los cecehacheros se distanciaban de la marcha a un espacio aproximadamente de 100 metros, para que al conteo de ocho corrieran para alcanzar la columna. Les resguardaban hasta el final los de más años, los del SME…

Ningún incidente se presentó en este recorrido, en el que en todo momento los contingentes, principalmente de los jóvenes, resguardaban su paso con una cuerda, con lo que impedían infiltraciones.