El polémico discurso de Díaz Ordaz previo a masacre de 1968

El 1° de septiembre de 1968 el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz rindió su cuarto informe de gobierno. Ahí se refirió en varios momentos al conflicto estudiantil y obrero que para ese momento ya tenía unos meses.
En su discurso, Díaz Ordaz afirmó que su gobierno había sido tolerante “hasta excesos criticados” pero que todo tenía un límite, palabras que se consideraron como antesala a la matanza perpetrada el 2 de octubre en Tlatelolco.
También rechazó que existiesen presos políticos (uno de los principales reclamos del movimiento), que el ingreso del ejército a planteles universitarios vulnerase la autonomía estudiantil.
Criticó además que los jóvenes retomaran las consignas y el espíritu de las movilizaciones de otras partes del mundo como París y Uruguay.
En este 45 aniversario de la intervención militar sobre la protesta estudiantil, RED POLÍTICA retoma algunos fragmentos de aquel Informe, y el mensaje íntegro del entonces presidente de la República.
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«Los estudiantes protestan, entonces, porque la policía interviene y la acusan de crueldad, lo mismo que al Gobierno. El dilema es pues, irreductible: ¿Debe o no intervenir la policía?
Se ha llegado al libertinaje en el uso de todos los medios de expresión y difusión; se ha disfrutado de amplísimas libertades y garantías para hacer manifestaciones, ordenadas en ciertos aspectos, pero contrarias al texto expreso del artículo 9 constitucional; hemos sido tolerantes hasta excesos criticados; pero tiene su límite y no podemos permitir ya que siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico, como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo; tenemos la ineludible obligación de impedir la destrucción de las fórmulas esenciales, a cuyo amparo convivimos y progresamos”.
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«No admito existan presos políticos. Preso político» es quien está privado de su libertad exclusivamente por sus ideas políticas, sin haber cometido delito alguno.
No obstante, si se me hace saber el nombre de alguien que esté preso sin proceso judicial en el que se hayan cumplido o se estén cumpliendo las formalidades esenciales del procedimiento, acusados de ideas, no de actos ejecutados, se girarán las órdenes de inmediata e incondicional libertad».
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«Los desordenes juveniles que ha habido en el mundo han coincidido con frecuencia con la celebración de un acto de importancia en la ciudad donde ocurren: en Punta del Este, Uruguay, ante el anuncio de la reunión de los presidentes de América, se aprovechó la juventud estudiantil para provocar graves conflictos; la Bienal de Pintura de Venecia, muy reciente, de la que estaba pendiente el mundo de la cultura, fue interrumpida con actos violentos; las pláticas de París, para tratar de lograr la paz en Vietnam, que habían concentrado las miradas del mundo entero, fueron oscurecidas por la llamada «revolución de mayo».
De algún tiempo a la fecha a nuestros principales centros de estudio, se empezó a reiterar insistentemente la calca de los lemas usados en otros países, las misma pancartas, idénticas leyendas, unas veces en simple traducción literal, otras en burda parodia.
El ansia de imitación se apoderaba de centenares de jóvenes de manera servil y arrastraba algunos adultos».