Saluda, hombre ¡que no cuesta tanto!

El saludo es una formacortés en que una persona hace notar a otra u otras, su presencia o a través de la cual comienza una conversación.
Se suelen usar, como saludo, expresiones que desean prosperidad como: buenos días; que incluyen alusiones religiosas: a la buena de Dios o sencillamente con la interjección hola y otras expresiones familiares.
En este país, donde nací, ( Venezuela ) es muy común utilizar expresiones muy coloquiales como: epa, épale, qué más, ¿entonces ?, ¿como va la cosa?, Qué gusto de verte, ¿Cómo estás?, ¿Cómo has estado?, Tanto tiempo sin verte, ¿Qué cuentas?, ¿Cómo te ha ido?, ¿Cómo te va? ¿Qué tal ?, ¿Qué ha habido?, !tas perdio!, !se le saluda!..- mas actual: !tonces men!, que mas bien es un anglicismo adoptado por los mas jóvenes, y así una serie de expresiones informales cuya diversidad se acrecienta en cada región del país.
El buen uso del castellano indica que debemos saludar diciendo “buen día” en singular.
A partir de las 12:00 se debe utilizar la forma “buena tarde” en lugar de “buen día”. Sin embargo, poco caso se hace a esta norma del castellano ya que está generalizada las conjugación en plural.
Pero el saludo, en la expresión que se adopte, siempre guarda un gran sentido de la decencia, de la amistad y las buenas costumbres. Un buen saludo en la mañana abre puertas para la comunicación y para la amistad.
A cualquier hora del día es motivo para reconocer en quién saluda, sus buenos modales.
Pero responder el saludo es también objeto de reconocimiento de buenas costumbres y de educación.
Muchas veces cuando estamos en un establecimiento público, cerrado, rodeados de muchas personas, y alguien entra sin saludar, es común observar en los presentes la desaprobación muda de esta conducta.
“Lo cortés no quita lo valiente”. Vieja conseja con la cual solemos expresarnos para indicar que aunque no nos guste o no seamos proclives a determinada conducta, asumirla, indica predisposición a la búsqueda de la amistad y a la vida sana, alejada de los rencores, que al final, a quién mas perjudica es a quien los porta como un escapulario.
Así que saludar, no nos quita nada, pero nos puede dar mucho.
Nos sá en principio la armonía con nosotros mismos y después la armonía y sosiego con las otras personas.
Vivimos en un mundo plural, diverso, extravagante, a veces, pero sin duda siempre hay que saludar. Saludar sin mucho rebuscamiento, sinceramente, naturalmente. Así seguramente nuestro saludo será siempre reconocido y valorado.
Por eso, hay que saludar. Que no se cansen de saludar aunque sea repetitivo.
Para concluir, les reitero mi saludo y les invito a conversar conmigo en los artículos o “post” que iré agregando en la medida de que mis reflexiones y el tiempo hábil me lo permitan.
Sus apreciaciones serán siempre importantes para mí. Si me invitan a conversar sobre algún tema especifico, lo asumiré como un compromiso y haré haré el esfuerzo, de tiempo sobre todo, para acompañarlos.
Conversar es útil, nos permite la reflexión necesaria. No se trata, por supuesto, de un monólogo, se trata de un diálogo.
Propondré temas específicos, pero también les seguiré la cuerda a los que mis interlocutores propongan. Total, se trata de una conversa, como decimos coloquialmente, sin ataduras y sin pretensiones que no sean el intercambio útil y nutritivo.