Panamá inaugura museo de biodiversidad

Panamá inauguró el martes un museo diseñado por el renombrado arquitecto canadiense Frank Gehry, que busca mostrar el papel que tuvo la formación geológica del istmo panameño hace tres millones de años en la evolución de las especies.
Diez años después de que comenzó a erigirse en un antiguo fuerte militar en la entrada del canal interoceánico por el Pacífico, los promotores privados y el gobierno celebraron la apertura del museo de la biodiversidad o «BioMuseo», la primera obra arquitectónica emprendida en América Latina por Gehry, conocido mundialmente por diseñar proyectos como el Museo Guggenheim de Bilbao, España, y la sala de conciertos Walt Disney en Los Angeles, Estados Unidos.
De 85 años, el arquitecto canadiense fue distinguido recientemente con el premio Príncipe de Asturias de las artes.
La singular pinacoteca busca también destacar la abundante biodiversidad del país centroamericano y su importancia mundial.
«Para poder seguir avanzando como nación, los panameños tenemos que tener muy claro de dónde venimos y hacia dónde vamos, y la apertura de este ‘biomuseo’ es sin duda alguna un paso importante en esa dirección», destacó el presidente Juan Carlos Varela durante el acto de apertura, en el que no estuvo Gehry.
A través de su atrio y las diferentes galerías del museo, siguió Varela, «se retrata la historia de nuestro país como ruta de tránsito y punto de convergencia de las civilizaciones y las especies del continente americano».
Construido en la entrada de la llamada calzada de Amador, desde donde se puede observar la ciudad capital y el paso de los buques por el Pacífico, el museo llama la atención por su singular diseño: un amasijo de hierro y acero, con techos superpuestos, con formas geométricas diversas y una combinación de colores celeste, amarillo, naranja y rojo.
El museo, de cuatro mil metros cuadrados, consta de ocho salas, cinco de las cuales ya están habilitadas y que en resumidas cuentas exhiben la rica fauna y flora de un país de 75 mil kilómetros cuadrados que cuenta con más especies de aves, mamíferos y reptiles con los que cuentan Estados Unidos y Canadá juntos, así como con más variedad de plantas que toda Europa, según estudios científicos.
En una de las salas, bautizada como «El puente surge», se muestra una roca de 70 millones de años, así como fósiles de animales milenarios.
«La idea es fantástica en lo artístico y científico», dijo Carlos Álvarez, un estudiante universitario de arquitectura de 21 años que se acercó a tomarle fotos al edificio. «Ahora creo que visitarlo le parecerá muy caro a muchos». El precio de la entrada será de 12 dólares. El museo, que también constará de un parque botánico, abrirá sus puertas para el público a partir del jueves.
Un grupo de empresarios panameños lanzó la idea poco después de que Estados Unidos entregó la administración del canal a manos panameñas a fines de 1999 y el entonces gobierno de la presidenta Mireya Moscoso (1999-2004) se comprometió a ayudar con el financiamiento. Gehry, cuya esposa es panameña y conocía muy bien a Panamá, fue convencido a participar en la iniciativa.
El costo del proyecto se estimó originalmente en 40 millones de dólares y se previó que la obra estuviese lista en corto tiempo, pero los trabajos sufrieron un estancamiento de casi dos años al suspenderse un financiamiento oficial durante el gobierno de Martín Torrijos (2004-2009), aseguró Roberto Eisenmann, fundador del incluyente diario capitalino La Prensa y uno de los impulsores del museo.
La obra, que también cuenta con donaciones particulares, se reactivó con financiamiento de bancos privados y posteriormente en la administración de Ricardo Martinelli, que terminó en julio, la banca estatal retomó el proyecto.
Su costo final alcanzará los casi 100 millones de dólares, de los cuales solo 60 millones se habrán destinado en la construcción del edificio, según los promotores.
«En cualquier país latinoamericano es un problema armar proyectos de Estado», apuntó Eisenmann. «Los gobiernos quieren desechar todo lo que hizo el gobierno anterior y así vamos malgastando esfuerzos y recursos».