Antioxidantes; escudo contra enfermedades

Algunas vitaminas y minerales son capaces de bloquear el efecto de aquellas sustancias nocivas que se relacionan con envejecimiento y diversas enfermedades; les llamamos antioxidantes y podemos obtenerlos a través de dieta equilibrada y variada.
Antioxidantes
Corría la década de 1950 cuando la ciencia médica notificó al mundo que padecimientos como cáncer, diabetes (elevación de azúcar en sangre), Alzheimer (deterioro de funciones mentales como reflexión, juicio, memoria y concentración), Parkinson (pérdida de habilidades mentales y control del movimiento) y desórdenes circulatorios tienen estrecha relación con los radicales libres, sustancias que causan daño a las células humanas en el proceso conocido como oxidación.
Estos inquilinos del organismo sirven para luchar contra bacterias y virus, frenar los procesos inflamatorios e, incluso, regular la firmeza de los músculos, pero si se generan en exceso aceleran el envejecimiento prematuro de las células y causan fatiga física y mental, además de favorecer la aparición de arrugas.
Asimismo, se han identificado diversas fuentes externas que generan radicales libres, entre las que destacan la radiación ultravioleta del Sol, tabaquismo y contaminantes ambientales, sin dejar de lado algunos medicamentos, anestésicos, pesticidas y solventes industriales con los que solemos tener contacto.
Ante ello, lo mejor, en opinión de científicos, es prevenir este tipo de signos mediante el consumo frecuente de verduras y frutas, y si es posible, con el uso de suplementos para contrarrestar el alto nivel de estrés y contaminación ambiental. El origen de esta recomendación radica en que estos productos poseen el antídoto contra los radicales libres: sustancias y elementos a los que llamamos antioxidantes.
Dichos compuestos se encuentran básicamente en las semillas y cáscara de frutas y verduras (es el caso de las vitaminas A, C y E), mismas que podemos ingerir cotidianamente. “A ello hay que agregarle el pescado, alimento que podemos consumir 2 ó 3 veces a la semana, y con ello tenemos el cuadro completo de una dieta llena de antioxidantes”, dice a Salud y Medicinas la nutrióloga Martha Araceli Ayala Flores, adscrita al Hospital General de Zona 2 A del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicado en la Ciudad de México.
La razón de esta recomendación es simple: hay que recordar que la población mexicana en general no acostumbra seguir dieta equilibrada, además de que consume gran cantidad de grasa y harinas refinadas. Así, aunque parezca extraño, el programa alimenticio que deberíamos seguir es parecido al que lleva a cabo la persona que cursa con alguna enfermedad crónica (de larga duración), ya que a estos pacientes se les aconseja régimen rico en vegetales y granos, con grasas fáciles de digerir y que, además, ayuda a proteger la piel.
Polémica viva
Hace dos años se dio a conocer cierto estudio realizado en el Hospital Aviccene, en Francia, relacionado con el papel de los antioxidantes en la prevención de cáncer y la enfermedad cardiovascular (afección en el sistema circulatorio asociado a infartos).
Esta investigación contó con la participación de casi 13,000 personas de entre 35 y 60 años, hombres y mujeres, que durante seis años tomaron suplementos que contenían vitaminas A, B y C, además de zinc y selenio. De acuerdo con los resultados, el efecto de los antioxidantes fue completamente nulo.
Por supuesto, esta conclusión levantó airada reacción, y fue el Laboratorio sobre Antioxidantes de la Universidad de Tufts, en Boston, Estados Unidos, el que estableció que los estudios de los médicos franceses carecían de confiabilidad, ya que “una de las premisas más importantes en estos grandes análisis es que los estudios deben ser comparables, y en este caso sólo se siguieron criterios propios”.
A su vez, otra investigación publicada poco después, realizada por la Facultad de Medicina de Nis, en Serbia, concluyó que los antioxidantes no tienen mayor provecho en el organismo e, incluso, fueron relacionados con aumento en la mortalidad. Lo más impactante del análisis fue que se aplicó en población de más de 230,000 personas.
La respuesta llegó pronto, otra vez desde Estados Unidos, específicamente por parte del Dr. Balz Frei, catedrático de Biofísica y Bioquímica del Instituto Linus Pauling, de la Universidad Estatal de Oregon, quien dijo que dicho estudio era erróneo. Para sostener su postura, el especialista dejó en claro que los investigadores serbios mencionaron que la duración de las pruebas fue de tres años, lo que supondría que los nutrientes proporcionados tenían la capacidad de matar a una persona en dicho lapso; empero, no se conoce ningún mecanismo biológico que sea capaz de hacer algo así.
Obesidad y nutrición
Recientemente ha circulado información relacionada con la imposibilidad de que los individuos con sobrepeso asimilen en forma íntegra los nutrientes de los alimentos (entre ellos los antioxidantes, por supuesto).