Herpes en los ojos, ¡claro que existe!

Si tuviste varicela en la infancia y las defensas de tu cuerpo actualmente andan por los suelos, enfrentas el riesgo de sufrir infección ocular causada por virus del herpes, enfermedad que puede alterar tu salud visual. ¡Conoce las señales que advierten su llegada y protege tus ojos!
Infección ocular, Herpes zóster oftálmico, Herpes simple
El herpes ataca a organismos débiles
La familia de los virus del herpes incluye a un par que puede ocasionar dolorosas infecciones oculares; curiosamente, dichos virus están presentes en la mayoría de adultos, pero se “esconden” alrededor de las fibras nerviosas sin causar problemas.
Sin embargo, cuando el sistema de defensas está debilitado (por ejemplo, debido a estrés, cáncer o algún otro problema que afecta vida y salud), estos microorganismos comienzan a multiplicarse o se trasladan de una zona del cuerpo a otra. Si se concentran cerca o en los ojos provocan enfermedad herpética ocular.
Tanto el virus del herpes zóster como del herpes simplex 1 afectan los nervios ubicados inmediatamente debajo de la piel, lo que explica el dolor que ocasionan; al mismo tiempo, causan otros síntomas que el médico toma en cuenta para determinar su diagnóstico y tratamiento.
Herpes zóster, inquilino para toda la vida
La varicela y el herpes zóster son infecciones muy contagiosas generadas por el mismo virus. Una vez que la persona contrae varicela, el microorganismo permanece inactivo en el sistema nervioso por el resto de su vida. Aunque en muchos casos jamás vuelve a manifestarse, en otros reaparece y se disemina por la piel, incluso del rostro, causando molesta enfermedad que puede afectar al ojo (herpes zóster oftálmico).
Aunque no saben con certeza por qué se generan brotes de herpes zóster luego de meses o años de inactividad, los médicos suponen que la clave es el envejecimiento del organismo, es decir, a medida que cumplimos años, nuestro sistema inmunológico se hace más vulnerable, por ello se registran más casos en personas mayores o adultos con pobres defensas.
De hecho, a diferencia de lo doloroso que resulta superar la enfermedad para un paciente de 40 ó 50 años, los adolescentes pueden contraer una forma leve de la infección gracias a que la mayoría tiene “defensas naturales” fuertes.
Síntomas y tratamiento para herpes zóster oftálmico
Las señales que el médico identifica pueden incluir:
Intenso dolor en o alrededor de uno de los ojos (se describe como ardiente o palpitante), acompañado de punzadas. Fiebre, cansancio, dolor de cabeza y molestia general en todo el cuerpo.
Sarpullido, irritación o inflamación en los párpados.
Ojos rojos.
Si se extiende a la córnea, ésta puede hincharse, presentar nubosidad y/o desarrollar cicatrices.
La atención médica debe iniciar de manera inmediata (lo ideal es a las 72 horas siguientes a la aparición de síntomas), a fin de evitar graves daños a la visión. Generalmente el tratamiento comprende:
Medicamentos antivirales para obtener alivio con rapidez (gotas oftálmicas o fármacos orales).
Si la infección está afectando a la córnea, posiblemente se prescriban gotas corticosteroides, las cuales deberán utilizarse solamente bajo supervisión médica, ya que pueden aumentar la presión intraocular.
Para el dolor puede sugerirse el uso de crema, aerosol o parche para adormecer la piel, o bien, ungüentos antihistamínicos (calman la comezón).
Infección ocular por herpes simple
El principal indicio de enfermedad en la córnea por herpes simple tipo 1 (el mismo virus que causa herpes labial) es la irritación ocular, además de:
Dolor en o alrededor de un sólo ojo.
Disminución de la visión.
Coloración roja en ojo.
Sensación de tener suciedad o “arenilla”.
Lágrimas que se desbordan.
Dolor al mirar la luz brillante.
Hinchazón o nubosidad de la córnea.
Aunque la mayoría de casos de este trastorno también llamado queratoconjuntivitis por herpes simple desaparecen sin tratamiento, en ocasiones el virus penetra profundamente en la córnea y daña su superficie, incluso, llegan a formarse úlceras y pérdida de la sensibilidad cuando se toca el ojo.
Si el médico lo considera necesario, solicita pruebas especiales para confirmar el diagnóstico y conocer la gravedad de la afección, por ejemplo, revisa la presión intraocular o aplica cierto tinte (fluoresceína) para saber si el virus ha dañado la superficie del ojo.
Al igual que en la enfermedad por herpes zóster, el tratamiento incluye medicamentos antivirales ya sea en pomada o solución que se aplican sobre el ojo varias veces al día.
En caso de no resultar efectivos, es posible que deban administrarse también otros fármacos por vía oral. En ocasiones, para lograr curación más rápida, el oftalmólogo raspa suavemente la córnea con un bastoncito con punta de algodón para eliminar las células muertas y dañadas.
Cuida tu salud visual, ¡prevé brotes de herpes ocular!
No existe tratamiento que elimine el herpes por completo, ya que una vez ingresado al cuerpo éste lo “alojará” de por vida.