‘Cenizas’, o cómo adentrarse fácilmente en lo complejo

La novela ganadora del XIX Certamen de Letras Hispánicas de la Universidad de Sevilla en España, ‘Cenizas’ (Punto de Lectura, 2014) es también la primera que publica su autor, el mexicano Damián Comas, un joven escritor y artista plástico que en esta historia refiere el periplo de un personaje que consigue escapar de un arresto domiciliario durante la dictadura en Argentina y, en su huida —que le obliga a recorrer el continente—, en la mayor soledad, cuestiona su lucha y los valores que le dieron sustento, no sin consignar los fantasmas que le sedujeron y se revelaron improbables con el devenir de las cosas.
De acuerdo con el autor, “en principio quería plantear una historia muy universal, que recorriera América Latina y hablar de este territorio, porque como escritor mexicano, creo que tenemos derecho a contar historias de este lado del mundo. Hay también una intención evidente con el lenguaje, aparece el portuñol, se combina con un narrador omnisciente que utiliza un español neutral y termina en Nueva York, con la intervención —un poco— del inglés”.
Con un protagonista a quien le toca vivir las luchas de resistencia de los años setenta, el hablar de “esa época”, dice Comas, “tiene que ver con una generación —probablemente la última— que intensamente quiso generar un mundo distinto; a mi modo de ver, tiene mucho sentido hablar de esto 40 años después, para cuestionar cuál fue esta intención y que los personajes reflexionen acerca de si tenían derecho a hacerlo o pertenecían a este mundo como creían, amándolo de tal modo que creían poder modificarlo”.
En opinión del narrador, “es una novela de ideas repleta de reflexión; hay muchos caminos y lecturas para entenderla. Por un lado, es sencilla porque apuesta a que el lector olvide que está leyendo y empiece a generar una película mental con los personajes, en una película mental que avanza y avanza. Son cuatro historias que conecta el personaje de ‘Julio’, a quien veo más como un hilo conductor”.
Para Comas, su novela “es una historia compleja en la que uno puede adentrarse fácilmente; repleta de ideas pero también de una posición moral que, para mí, como autor, siempre juega por debajo de la mesa. Todas las acciones se plantean en favor de una idea que sólo se entiende desde los zapatos de los personajes”.
Complejizar las formas de contar
La complejidad a que refiere el narrador se refleja asimismo en la estructura de ‘Cenizas’, una elección consciente que da oportunidad al juego, porque —asegura— “los escritores de hoy no hablan tanto de la diferencia que significa trabajar en una computadora; antes uno no podía ser tan dinámico o tramposo; hoy día la tecnología permite estos juegos de intercalación de capítulos o frases”.
En palabras de Comas, los cineastas han sido más atrevidos en la manera de contar historias y romper los esquemas lineales: “Eso busco con mi obra, porque creo que el lector de hoy es diferente y tiene una capacidad distinta para asimilar las historias sin tener que ir de un principio a un final, cerrando un círculo perfecto. Este juego de alterar la secuencia capitular derivó en una suerte de laberinto”.
De igual modo, con una trayectoria notable en la plástica, el escritor acepta que, en el caso de su primera novela, la experiencia de este campo “significó mucho; para mí el relato mismo fue primero el dibujo de un círculo. Primero pienso en arte que en literatura, porque creo pertenece al arte y esa es la palabra principal en mi vida. Lo que hago, busco que irrumpa de alguna manera en la realidad del espectador o del lector, que detenga un poco la vida ‘normal’ y genere un nuevo punto de vista. Con todo, los libros —más que la plástica— transformaron mi vida”.
Cuestionar las cosas

En palabras de Damián Comas, existen “muchas cosas que cuestionar en el mundo que vivimos y, finalmente, son herencias de este pasado que se refiere en la novela que, quizá, pueda mover la creatividad de otras personas, que sus reflexiones dejen algo más. Siento a la juventud pasmada en muchos sentidos; parece que simplemente acepta las condiciones de vida hoy, algo que —me parece— pone en cuestión la novela, también el sinsentido actual de la existencia”.