Respetan denuncias contra extorsionadores telefónicos

Se presentaron siete de-nuncias en contra de presuntos estafadores telefónicos. Seis solo quedaron en intento, aunque una sí lograron concretarla los criminales. Los agentes ministeriales ya se encargan de dar seguimiento a las investigaciones presentadas ante el Agente del Ministerio Público.
Al parecer la ciudadanía potosina ha tomado conciencia con relación a la insistencia de la delincuencia para cobrar víctimas a través de la extorsión telefónica,  pues de siete denuncias por este tipo de delitos ante la autoridad ministerial, solo una cayó en la artimaña de los maleantes.
La Procuraduría General de Justicia del Estado mostró optimismo en este aspecto, y reconoció como de gran apoyo para las autoridades investigadoras el hecho de que las personas que al azar son elegidas por la delincuencia, tengan el valor de colgar y de denunciar, en lugar de correr a realizarles algún depósito.
Uno de los ofendidos que  realizó el depósito de 40 mil pesos, fue un empresario. Los delincuentes contactaron a uno de sus trabajadores al que intimidan y lo obligan a hospedarse en un hotel y le advierten que apague su teléfono celular. Luego le llaman al patrón y le advierten que de no hacer el depósito de 40 mil pesos lo van a matar.
Casi enseguida de atender las instrucciones de los mafiosos, su trabajador hace su aparición en la empresa y platica su odisea. Otras seis llamadas de este tipo fueron recibidas por familias, cuatro en la capital, una del Municipio de Santa María del Río y otra en una Comunidad de Ahualulco.
En Santa María del Río,  una mujer refiere haber recibido una llamada telefónica en donde le exigen un depósito de 100 mil pesos para liberar a un familiar suyo que tenían secuestrado. Mientras que en Ahualulco otra mujer recibe una llamada anunciándole que van a secuestrar a su hija y que debe depositar 7 mil pesos.
Estos dos casos así como cuatro más que se registraron en la capital potosina,  solo quedó en tentativa de extorsión telefónica, gracias a que las personas electas por los delincuentes optaron por poner en práctica las instrucciones de las autoridades, cortar la llamada y de inmediato poner el asunto en manos de la autoridad investigadora a fin de que sea ésta la que se haga cargo de la situación.