Chivas presenta dos realidades muy distintas en el segundo semestre del 2014. La del torneo de Copa, donde logró clasificarse como primero del grupo; otra realidad muy distinta es la que presenta el Rebaño en el torneo de Liga.
Este, como tantos otros casos, es muestra y reflejo de la irregularidad que prevalece en el balompié mexicano, con equipos inestables, que muestran resultados distintos de una semana a otra y que no mantienen un equilibrio. Chivas no es ajeno a esta situación.
En el torneo de Copa, Guadalajara consiguió cuatro victorias en seis encuentros disputados. El equipo no careció de gol en este certamen, pues convirtió diez tantos, alcanzando un promedio cercano a los dos tantos por encuentro, y en este torneo tuvo a un par de elementos que destacaron en dicho rubro, como Sergio Nápoles y Giovani Hernández.
Otro dato importante, es que Guadalajara se fue en invicto del Omnilife. Los tres encuentros que jugó en su casa por la Copa MX, los ganó sin muchas dificultades ante Coras, Zacatepec y Xolos de Tijuana.
Situación diametralmente opuesta la del Guadalajara en la Liga. Tras ocho partidos disputados –tiene uno pendiente ante Rayados-, solo ha conseguido dos victorias, tres empates y tres derrotas.
Actualmente ocupa la decimoquinta posición en la clasificación general. Tiene nueve goles en contra y seis anotados, es decir, su defensa ha dado mucho de qué hablar en el torneo local, y con sus nueve puntos apenas sumados, está lejos de ser contendiente en el certamen; por el contrario, los rojiblancos miran con mas atención la tabla de cocientes, en la cual parece que el equipo se aferra a ser un equipo con un papel protagonista.
Luz y sombra la que presenta el Rebaño en las dos competencias en que participa: por un lado, en la Copa MX por fin pudo clasificar y pelear por algo, pero en el torneo de Liga ha arrastrado la cobija.
