Atribuyen asaltos colectivos en playas de Río a narcos

Las autoridades de Río de Janeiro atribuyeron hoy los asaltos colectivos que asustaron el domingo a miles de bañistas en una de las playas más turísticas de esta ciudad brasileña a una reacción de grupos de narcotraficantes a la política de seguridad que los viene expulsando de las favelas que dominaban.

«Tenemos algunas informaciones de (los servicios de inteligencia de) la Secretaría de Seguridad Pública que nos permiten decir que los narcotraficantes quieren desestabilizar nuestra política de pacificación», afirmó el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, al ser interrogado sobre los asaltos colectivos que generaron confusión el domingo en la famosa playa de Ipanema.

Pezao, que aspira a ser reelegido en las elecciones regionales del 5 de octubre, tiene como principal bandera de campaña el proceso de «pacificación», como es conocida la política de seguridad pública que viene instalando puestos permanentes de Policía en favelas que antes eran fortines de bandas de narcotraficantes.

Dicha política tiene por objetivo instalar las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las principales barriadas pobres de Río antes de los Juegos Olímpicos que la ciudad organizará en 2016.

«Esos ataques (asaltos) no debilitan nuestra determinación de seguir enfrentando la criminalidad. Todos sabemos que en período electoral siempre intentan ponernos a prueba, pero nada de eso va a desestabilizar nuestro gobierno.

Seguiremos invirtiendo en la política de pacificación», agregó el gobernador.

Pezao recordó que los llamados «arrastrones», como se conoce en Río de Janeiro a los asaltos promovidos por grupos de jóvenes que corren por la playa en manada al tiempo que van apoderándose de lo que encuentran por su paso, son recurrentes en período electoral.

«Eso ya ocurrió en otras elecciones», dijo Pezao al dar a entender que los asaltos colectivos también pueden tener motivación política y al recordar sucesos similares ocurridos poco antes de elecciones anteriores.

Las elecciones en Brasil siempre son celebradas en octubre, por lo que coinciden con la temporada en que los cariocas comienzan a frecuentar en masa las playas para aprovechar el sol y el calor de la llegada de la primavera.

«Me gustaría creer que (los asaltos colectivos) no tiene que ver con el proceso electoral, pero los marginales están incomodados con el gobierno de Pezao.

Puede haber una motivación política de los narcotraficantes», dijo por su parte el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, al referirse a los incidentes del domingo.

Las imágenes de jóvenes corriendo, tumultos en la playa, peleas entre bañistas y policías arrestando a supuestos asaltantes o usando gas pimienta en la arena han sido retransmitidas por televisiones en varios países, y han afectado la imagen de Río de Janeiro.

La sensación de inseguridad fue reforzada por los miles de mensajes que inundaron las redes sociales y en los que diferentes bañistas decían estar viendo los asaltos.

Al menos 30 personas fueron detenidas el propio domingo acusadas de participar en asaltos, robos y hurtos.

La Policía, que ya había reforzado su presencia en las playas para prevenir posibles conflictos en los primeros fines de semana con altas temperaturas tras el invierno, anunció hoy que elevará desde 650 a 710 el número de uniformados responsables por la seguridad en las arenas más concurridas, incluyendo las turísticas Ipanema y Copacabana.

La Policía informó igualmente que utilizará una plataforma elevada con vista hacia Ipanema y hacia Copacabana para centralizar sus acciones y que utilizará igualmente un helicóptero equipado con cámaras de televisión y que puede transmitir las imágenes directamente al comando de la institución.