El número de víctimas mortales por el defecto en el sistema de arranque en varios modelos de General Motors se eleva a 19 personas, seis más de las que dijo inicialmente la compañía. Es la cifra que maneja el responsable de compensar a los afectados por los accidentes y sus familiares a partir de las nuevas evidencias que maneja. Hasta la fecha recibió un total de 445 reclamaciones, de las que 125 se refieren a fallecidos.
El plazo para solicitar algún tipo de compensación comenzó el pasado 1 de agosto. De total de peticiones que analizó el equipo que dirige Kenneth Feinberg, el mismo que administró el fondo las víctimas de los atentados 11-S, solo 31 son elegibles para algún tipo de ayuda. La fecha límite para que los afectados puedan presentar sus reclamaciones es el 31 de diciembre.
GM presentó a final de junio los criterios de elegibilidad por los que compensará a las víctimas de los 54 accidentes registrados. Mary Barra, su consejera delegada, dejó claro entonces que afrontará el proceso sin límites financieros. El pago mínimo por cada fallecido sería de un millón de dólares, cantidad a la que se le sumará el daño económico a familiares o dependientes.
El grueso de las reclamaciones se refiere a personas que sufrieron algún tipo de tratamiento hospitalario durante las 48 horas sucesivas al accidente. En esta categoría se incluyen 262 solicitudes, de las que solo ocho están autorizadas a recibir algún tipo de pago. Se elevan hasta 58 las que se refieren a daños físicos permanentes, de las que solo cuatro están aprobadas.
Se trata de las primeras estadísticas publicadas, por lo que las cifras crecerán conforme se cierren algunos casos en disputa. Pero Feinberg deja claro que “aquí no se trata de negociar”. “El protocolo que se está siguiendo es muy claro”, insiste el reputado abogado, que espera que los primeros pagos a los familiares de las víctimas mortales podría llegar para el día de Acción de Gracias.