El despertar de una cazatumbas… en HD

Bajo mi mando, la señorita Lara Croft fue arrojada desde un barco en colisión. También recibió golpes y disparos; un lobo salvaje alcanzó su garganta; cayó ante la explosión de una granada; saltó abismos y padeció tempestades. Pereció brutalmente cuando los restos de un mástil atravesaron su quijada al esquivar –sin éxito– los obstáculos en un tobogán improvisado, luego de caer de una cascada.
Pero también repartió balas y golpes; clavó su piolet y sus flechas en el cráneo de los rivales; acabó con enemigos que triplicaban su tamaño; mejoró su armamento sobre la marcha; encontró tesoros perdidos y aprendió, de cero a cien, el sello que la distingue como una afamada cazadora de tumbas. Todo bajo una fórmula divertidísima, adictiva y visualmente impresionante.
El origen de la cazatumbas, que Crystal Dynamics mostró al mundo en marzo de 2013, es directamente proporcional al rostro de su protagonista (inspirado a su vez en la modelo Megan Farquhar para esta entrega): bellísimo.
Que la historia extravagante no aleje al videojugador de gustos selectos; que la sencillez de sus mandos y la reducida libertad de exploración no desanimen la compra: Tomb Raider es un título que debe estar en el aparador… especialmente si se es fan de la saga y se desconoce a Angelina Jolie como una justa (o peor: la mejor) personificadora de la arqueóloga inglesa.
La acción es constante desde el inicio. Lara surca las aguas del Océano Pacífico a bordo del Endurance. Ella y la tripulación del barco desean dar con el paradero de la reina Himiko, cuyos restos, civilización ¿perdida? y tesoros se encuentran en una isla ubicada en algún punto del llamado «Triángulo del Dragón», pero la embarcación naufraga y la heroína –que aún no lo es– lucha por no ahogarse en él.
En serio: no huyan, el juego sí es bueno. Tras la primera catástrofe comienza la curva de aprendizaje. La bondad máxima del título (sin contar el apartado gráfico y la hipnotizante belleza de la protagonista) está en que se controla a una damisela en apuros, y que depende de la habilidad del videojugador convertirla en una sobreviviente/asesina experta.
Sobre la marcha, Lara aprenderá a usar un arco y mejorará sus dotes con él en tanto consiga las herramientas necesarias (puntos de experiencia, básicamente); lo mismo ocurrirá con pistolas y armas de asalto. ¿Lo mejor? Su habilidad para sobrevivir en la selva –toda la historia se desarrolla en una isla perdida– y las mejoras en el combate cuerpo a cuerpo también son susceptibles de mejora.
La asustadiza Lara, cuyo rostro muestra pánico por vez primera, evolucionará hasta alcanzar la dureza y estoicismo de entregas previas –que cronológicamente son posteriores–, lo que vale completamente el boleto.
Además, el apartado gráfico se cuece aparte. No fueron pocas las ocasiones en las que elegí detener el mando para enfocar hacia los restos del Endurance que yacen en altamar. Igual en los escenarios donde hay cascadas y en las partes altas, donde se permite apreciar la isla con una mejor perspectiva.
Los enemigos son inteligentes (aunque la inteligencia artificial tampoco es tan pulida como en The Last of Us: referencia en este tenor) y darán momentos de frustración intensa al videojugador; especialmente si el ataque es grupal. Pero lo mejor está en la posibilidad de evadir la confrontación y optar por la cautela: miss Croft puede ser una asesina silenciosa.
Un plus: el juego no se limita al avanzar y disparar; también los acertijos para continuar el camino son dignos de aplauso. Desde elegir la vertiente exacta en la cual sostenerse, o usar la fuerza del viento para mover estructuras a tu favor; incluso el descifrar la estrategia correcta para alcanzar el tesoro en alguna de las tumbas perdidas o para abatir a un jefe, Tomb Raider y su novedosa experiencia de juego (notablemente inspirada en la saga de Uncharted) se llevan las palmas.
Por ello la insistencia en dar su justa dimensión a los puntos flacos y destacar los argumentos a favor para elegir la última –y cronológicamente primera– aventura de la arqueóloga favorita de todos, que sin duda se lleva un 8.5 en la escala a 10. Acaso la brevedad del juego incide en no alcanzar la perfección que sí muestra el más reciente diseño de Lara Croft.