Cuando se presenata la angina de pecho

Malestar en el pecho
que se presenta cuando el corazón no recibe suficiente sangre oxigenada. Los pacientes frecuentemente dicen tener sensación de asfixia, presión o ardor y la molestia se puede extender hacia hombros, brazos, cuello, mandíbula o espalda. También pueden aparecer náuseas (ganas de vomitar), cansancio, sensación de falta de aliento, sudoración, mareo y debilidad.
Angina de pecho
El dolor a menudo se presenta tras un esfuerzo físico. A diferencia de un ataque al corazón, el músculo cardíaco no sufre un daño permanente, el dolor suele durar sólo unos minutos y generalmente desaparece con el reposo.
La angina es síntoma de disfunción en las arterias coronarias, las cuales son las encargadas de irrigar sangre al corazón. De hecho, las personas que padecen alguna enfermedad arterial coronaria corren mayor riesgo de sufrir trastornos cardiacos en comparación con quienes no lo presentan.
Existes varios tipos de angina de pecho:
Estable. Surge cuando el individuo realiza esfuerzo físico o está sometido a gran tensión emocional. Las características con las que se presenta son siempre las mismas de tal forma que el paciente puede reconocerlas.
Inestable. Ocurre a menudo durante el reposo, cuando la persona está durmiendo por la noche (esto es más común en casos de angina variante) o después de ligera actividad física. Suele presentarse de forma sorpresiva, pero con mayor frecuencia y los síntomas duran más tiempo.
Variante o de Prinzmetal. Causada por la obstrucción transitoria de las arterias coronarias, sucede por lo general en el transcurso del descanso nocturno o en las primeras horas de la mañana.
Microvascular. Puede ser más intenso o durar más que otros tipos de dolor de angina y acompañarse de falta de aliento, problemas de sueño, cansancio y debilidad. A menudo se siente por primera vez cuando se están realizando actividades cotidianas y en momentos de tensión mental. Su característica principal es el dolor, sin obstrucción aparente de las arterias coronarias, pues los vasos bloqueados son los de menor calibre.
Los factores de riesgo para padecer esta molestia son:
Concentraciones poco saludables de colesterol en la sangre derivadas de alimentación inadecuada.
Presión arterial alta.
Tabaquismo.
Diabetes.
Obesidad.
Falta de actividad física.
Edad (es más frecuente en personas mayores de 30 años).
Género (es más común en mujeres).
Antecedentes familiares.
¿Cómo se
diagnostica?
El método más utilizado es la prueba de esfuerzo, que consiste en someter al corazón a sobrecarga controlada (caminar o pedalear) y analizar cómo responde mediante el electrocardiograma.
Otro estudio de utilidad, particularmente en la angina de pecho variante es el electrocardiograma Holter que registra la actividad eléctrica del corazón durante 24 horas, incluso durante el reposo.
El cardiólogo puede ordenar diversos estudios, como radiografías o análisis sanguíneo, e incluso un examen llamado angiografía coronaria para determinar el grado de obstrucción de las arterias coronarias, y así corroborar el diagnóstico.
¿Cómo se trata?
Los medicamentos y cambios en el estilo de vida (enfocados a eliminar todos los factores de riesgo para una angina de pecho) son los medios más comúnmente utilizados para controlar la enfermedad. En los casos más graves, podría ser necesario realizar un procedimiento quirúrgico denominado revascularización.
El medicamento más conocido es la nitroglicerina que mejora el flujo de sangre. Otros fármacos para controlar la angina estable y microvascular son los betabloqueadores y bloqueadores de canales de calcio, los cuales reducen la demanda de oxígeno por parte del corazón disminuyendo la frecuencia cardiaca o presión arterial. También bajan las probabilidades de que el paciente sufra irregularidad en los latidos de este músculo (arritmia). Los bloqueadores de calcio y los nitratos también pueden utilizarse para evitar los espasmos que originan la angina variante.
Los pacientes con angina de pecho de cualquier tipo pueden recibir antiplaquetarios como ácido acetilsalicílico, ya que reducen la capacidad de coagulación de la sangre para que ésta pueda circular más fácilmente por las arterias estrechadas.
En ciertos casos, el médico puede indicar algún proceso quirúrgico para resolver el problema como:
Angioplastía. Ensancha las arterias coronarias bloqueadas o estrechas; durante el procedimiento se introduce por un vaso sanguíneo tubo muy delgado que tiene un globo u otro dispositivo en la punta, el cual se infla para ampliar el conducto y restablecer el flujo de sangre.
Derivación coronaria o bypass. Se usan arterias o venas de otras partes del cuerpo para crear vía alterna y evitar la zona que se ha estrechado.