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El Zócalo y la Rotonda

Presento aquí mis más sinceras disculpas a la starlet o vedette –no sé a ciencia cierta que sea– Claudia Cervantes que, dicen, es novia del delegado del gobierno del DF en Miguel Hidalgo y sobrina del mal recordado Felipe Calderón. Su tan criticado borrachazo en la Rotonda de las Personas Ilustres, a fin de cuentas, resultó una inocentada. De parvulitos.
Nada que ver con la Plaza de la Constitución convertida en parking lot de los poderosos de México y del extranjero que asistieron al remedo de Informe de Gobierno rendido por el señor Enrique Peña Nieto hace un par de días.
¡Esta sí que fue una reverenda… irreverencia!
Desconocen la historia. Los símbolos patrios han pasado a valerles madres, cual decimos vernáculamente. El lábaro patrio, al centro de lo que también popularmente llamamos Zócalo, fungía cual si fuese banderín con el que llamaban: “¡pásele, pásele!; ¡todavía hay lugar!
¡Qué poca m… anera de hacer las cosas!
¿Dónde estaban los militares miembros del Estado Mayor Presidencial –“la corte de la reina”, los apodan en la Secretaría de la Defensa Nacional? ¿Acaso haciendo el indigno papel de valets? ¿Acomodadores?
Presentaron disculpas ya, a través de la vocería de eso que dicen es el gobierno (jejeje) federal.
Igual hizo la estrellita aspirante a actriz de la televisión.
La sinceridad de ella, empero, tiene más credibilidad que la de estos mequetrefes y zoquetes, ¿no cree usted?
Si ya hicieron de la Constitución su papel higiénico, ¿qué esperábamos que hicieran con la principal plaza del país precisamente dedicada a la Carta Magna?

EL FALSO TRIUNFALISMO DEL MENSAJE

Ahora que. ¿la neta?, la ceremonia post-Informe fue plana y paradójicamente, con un fétido aliento de triunfalismo desmedido, que no corresponde a la realidad de las muchas necesidades del país y, sobre todo, de 120 millones de mexicanos. Por tal fue que “la nota”, la sobresaliente, fue que convirtieron al Zócalo en estacionamiento.
O ¿a poco sí? ¿A poco después de los anuncios de obras ya se «mueve México»?
Balandronadas de un mensaje muy aplaudido de la década de los sesenta para un México de hambre, miseria y desempleo. Nada nuevo. Aeropuerto, ampliación del Metro y más préstamos del extranjero para cambiarle de nombre al programa Oportunidades, no es sino falta de imaginación.
Las mega-obras –o los mega-pronunciamientos de mega-obras– no resuelven, ni atacan los problemas de fondo de un país como el nuestro –donde 100 millones de mexicanos no tienen acceso a la canasta ?básica de la alimentación— que lo que quiere son ingresos para sus bolsillos.
Un mensaje que se quiere disfrazar de salinista, pero que es de factura diazordacista o echeverrista, para un México con necesidades centuplicadas, que no merece este espectáculo de güeros de rancho, cuyos franeleros o valets parking atestan el Zócalo para sus automóviles de lujo.
Ya el Guamúchil Party se había encargado de «filtrar» las «grandes sorpresas» de las mega-obras. Sólo faltaba el aplauso unánime, interesado de los que buscan el «salpique» de las comisiones y de los contratos.
Y luego, el comentario, dizque «sorprendido» de los comentaristas de la tele que aplauden la participación de las constructoras asociadas y el talento de los grandes ingenieros y arquitectos que ejecutarán las obras.
¿El gran ganador? Gerardo Ruiz Esparza y, también, el surtidor de fondos prestados, el Virrey Videgaray. Todos los demás son público a modo para atestiguar el gran fiasco de una idea de gobierno que nomás no cuaja, de un promedio de crecimiento sólo para las empresas de los bendecidos, jamás para el pueblo.? Jamás para el producto interno bruto.
El mandato de la escenografía ?pedestre, acompañado hasta en el ridículo por el verde olivo disfrazado de un cuerpo de élite sin sustento constitucional –el Estado Mayor Presidencial – que sirve, como decía el gitano: “¡pa’ na’, pa’ na’ y pa’ tó!”
El paso a la historia de un gobierno que este martes perdió el último bono de confianza pública que le restaba. ¡No se vale!
¿Y el voto mayoritario de los mexicanos, que esperábamos un estilo de mando diferente, imaginativo, popular, que rescatara al país de la catatonia panista??
Y así llegarán al 2015. Lo peor es que casi nadie quiere equivocarse en las predicciones. Lo merecen. Se sienten varias rayitas arriba de donde verdaderamente están, sólo por sus hechos ¡y por lo no hecho!
Ahora falta que nos manejen que las encuestas van para arriba, empujadas por el falso vigor del aplausómetro.
Sigan «moviendo México «, destrozando sus desangrados cimientos. Las generaciones de hambrientos mexicanos se los agradecerán.
¡A’i la llevan!

EL MAL TINO DE NUÑO

Cómo aquí fue señalado hace seis meses, el operador político seleccionado por Aurelio Nuño para que le amarrara a favor a las organizaciones del DF, no iba a poder hacer nada. ¿Y qué cree?: Pues usted y yo le atinamos.
La mayor cumbre de dirigencia que había logrado el susodicho, Jesús Ramírez Stavros, era la subdelegación Cuauhtémoc de Tepito, donde fracasó contundentemente.
Al darse cuenta Nuño que la política no era lo de Ramírez Stavros, optó por designarlo en un cargo ?burocrático y le creó la Oficina de Vinculación con grupos sociales, dependiente del propio Nuño. ¿Y qué cree usted? ¡Atinó! ¡La volvió a cajetear!
Porque ahora, las organizaciones del DF lo acusan y amenazan con pedir ?su destitución por conflicto de intereses, ya que el pájaro resultó ser empleado de la transnacional constructora española Iberdrola.
Lo dicho: la principal característica de los pelmazos es ¡no hablar a tiempo!
Índice Flamígero: Envía don Alfredo Álvarez Barrón su comentario: “¡Vaya noticia!, ahora resulta que según datos del Segundo Informe de Gobierno, debemos prepararnos para administrar la abundancia, como en los tiempos felices de José López Portillo. Pero hay un pequeño detalle: en aquella época nuestros honorables políticos eran más pudorosos a la hora de meter mano en los dineros públicos; hoy, con la corrupción completamente fuera de control, llevar la barca a buen puerto parece una misión imposible.” Y al respecto, su alter ego El Poeta del Nopal escribe el siguiente epigrama: “Profeta de la bonanza / y un futuro luminoso, / declara, meticuloso: / México suma y avanza, / pero la desesperanza / emerge terca en escena; / mientras de manera obscena / se extiende la corrupción, / todas las promesas son / ¡sólo castillos de arena!”.