Relata médica de La Pila cómo curó heridos durante masacre

Para ilustrar el tamaño de la irresponsabilidad de las autoridades penitenciarias que han calificado como “seguro y tranquilo” el trabajo que realiza el personal de atención médica a los internos del CEPRERESO de La Pila, la médico cirujana María Verónica Atisha reveló que el 27 de abril, unas horas después de que estalló un sangriento motín al interior de ese centro de reclusión, fue llamada por el Subdirector de Servicios Médicos para atender a los heridos, debido a que el médico de turno a quien correspondía cubrir el turno de noche se había jubilado meses atrás y su plaza no había sido cubierta.

Aunque no era su responsabilidad, puesto que ese día sábado precisamente descansaba, atendió el llamado para disponerse a la atención de los heridos en medio de un motín que estaba lejos de ser controlado por las corporaciones de seguridad y elementos del Ejército Mexicano.

“Debí operar –recuerda–, en medio del motín, rodeada por elementos del Ejército fuertemente armados y que nos apuntaban constantemente, mientras que desde las torretas lo hacían también, en posición de francotiradores, los custodios.”

–Acudí al llamado del subdirector médico. No me dijo de qué clase de evento se trataba. Nada más me dijo: Preséntate. Y lo hice por solidaridad. Yo solamente tenía una caja de insumos… salimos adelante gracias que nos ayudó en centro de (la delegación de) La Pila… No contábamos con material y tuvimos que curar heridas con agua de garrafón. Sólo había un equipo de sutura… ¿Eso es mi culpa? ¿Sabe cuál es mi culpa? Haberme presentado a ese evento. Y todavía con dato de que ese día el subdirector médico faltó”.

La clínica, recordó, se encuentra en el centro de las instalaciones penitenciarias y está rodeada por áreas de reclusión que en esos momentos estaban fuera de control. Esa ubicación ha permitido que la población penitenciaria vulnere las instalaciones, ha sido saqueada en inúmeras ocasiones cuando el suministro de medicinas no es el adecuado.

Frente a esta situación, el día 28 de abril se debió efectuar el traslado de los heridos para darles atención en el área de la Aduana, y fue así porque la clínica estaba completamente destruida y porque permanecían acciones de contingencia y prevalecían las riñas internas…

–¿No corremos riesgos? –se preguntó la doctora Atisha frente a las aseveraciones vertidas por las autoridades penitenciarias. “Ese es un trabajo bastante relajado”, ironizó la doctora. Yo me pregunto, agregó, si es tan sencillo y si no se corre ningún riesgo ¿Por qué ellos (los funcionarios públicos) cuando ingresan lo hacen con una protección de diez elementos de seguridad? ¡Qué entren solos, aviéntensela solos! –retó. Que los funcionarios permanezcan ahí una jornada de trabajo completa, no nada más para la foto.

Todo esto sin mencionar que –abundó–, no tenemos medicamentos. Recordó que hay reclusos que arremeten contra los médicos por la falta de medicamentos, o porque las autoridades penitenciarias no cumplen con las dietas indicadas; arremeten contra los médicos, no contra los administrativos omisos en su responsabilidad.

Respecto de las instalaciones: “No contamos con los servicios necesarios para realizar los diagnósticos como deben de ser. Hay un estuche de diagnóstico para todo el penal. Y, encima de todo, hay plazas que no se han cubierto.”