Jesús Carlos Cabrero Romero y Arturo Antonio Szymanski Ramírez, arzobispos de San Luis Potosí, encabezaron la ceremonia solemne por la que inició la celebración de los 160 años, tras la instalación de la diócesis potosina; celebración que culminará este 19 de septiembre con una gran congregación en el Estadio de Futbol Alfonso Lastras.
El arzobispo Cabrero Romero llamó a la feligresía al fortalecimiento de la fe católica y a vivir y practicar su doctrina en la unidad de la familia, en la caridad cristiana, en la justicia y para asumir los retos de la Iglesia misionera.
Recordó que en las últimas fechas, la comunidad católica se ha sumido en una crisis de vocación y servicio, con el involu-cramiento de un grupo de sacerdotes que han sido acusados por la presunta comisión de actos de abuso sexual; situación que la arquidiócesis han enfrentado sometiendo a juicios internos a los señalados y solicitando la intervención de las autoridades civiles.
El arzobispo, dijo que frente a estos tristes y lamentables acontecimientos, la Iglesia se ha determinado, con el Papa Francisco, a asumir el desafío de fortalecerse como Misionera; no queremos, dijo, ser una iglesia enferma, encerrada en sí misma. El Papa quiere que la Iglesia salga a la calle a evangelizar, a atender y servir a la comunidad.
Por ello reforzó el llamado para que los integrantes de la Iglesia: sacerdotes, religiosos y laicos, fortalezcan su convicción como misioneros, como discípulos, difusores y practicantes de los evangelios.
—Hay que ir a muchos lugares, porque en ellos hay muchas personas a las que nosotros hemos dañado, lastimado e incluso olvidados y marginados de nuestra sociedad.
El jerarca católico destacó la existencia de una “doble marginación”, pues, reflexionó, están todos aquellos a los que hemos sacado de nuestro corazón y entre ellos, muchas veces se encuentran los miembros de nuestra propia familia, nuestros propios padres… Es necesario restablecer la relación y la unión de nuestras familias. Y también hablamos de la marginación social, de los desprotegidos de la comunidad, de aquellos que por necesidad económica han tenido que dejar el campo, sus pueblos, su familia, sus costumbres y tradiciones, dijo.
