Oculolinctus, moda sexual que causa ceguera

En cuestión de juegos sexuales y parafilias, cada cabeza es un mundo y los japoneses los han llevado al extremo con el oculolinctus, práctica erótica de lamer los ojos de la pareja, la cual comienza a extenderse por el planeta. Quienes la llevan a cabo aseguran que el placer obtenido es similar al que se produce al lamer otras partes del cuerpo, como los pies. Sin embargo, el también llamado eyeball licking (lamedura del globo ocular) causa afectaciones en la salud visual. ¡Conoce las infecciones oculares que puede ocasionar esta moda!
Nuevo juego erótico japonés: lamer ojos
Hablando en términos de béisbol, este juego erótico japonés es considerado entre los jóvenes como una “segunda base” después de los besos convencionales con la pareja (se cree que 1 de cada 3 estudiantes nipones de 12 años en adelante lo han practicado; su popularidad se atribuye a su aparición en el video musical Spiral Lie, de la banda emo japonesa Born).
La práctica de lamer ojos estimula las terminaciones nerviosas de la córnea (estructura transparente que protege la parte coloreada del ojo: el iris; y al cristalino, que estando detrás del iris permite enfocar objetos situados a diferentes distancias), las cuales son muy sensibles. Sin embargo, el contacto con esta membrana hace a los globos oculares proclives a infecciones virales o bacterianas, algunas que, incluso, eran más frecuentes en otras partes del cuerpo y no en los ojos. Irónicamente, otro nombre que recibe el oculolinctus es worming (desparasitación).
Juegos sexuales
que afectan la
salud visual
Médicos del país del Sol naciente han notado un aumento de infecciones oculares entre los jóvenes y mayor uso de parches debido al eyeball licking. Lo consideran moda sexual que causa ceguera debido a que la lengua es capaz de transmitir microorganismos patógenos o material abrasivo que generan enfermedades de la córnea, las más comunes son:
Úlcera corneal. La lengua puede causar abrasión en la córnea al practicar el oculolinctus, pues posee rugosidades que perforan esta estructura y permiten el paso de bacterias, hongos, virus o parásitos. Una úlcera en la córnea se visualiza como lesión de color blanco y habitualmente es producida por:
Herida en el ojo.
Penetración de un cuerpo extraño.
Uso de lentes de contacto.
Deficiencia de vitamina A o proteínas.
Resequedad de la córnea.
Causa dolor, sensibilidad a la luz (fotofobia), mayor secreción de lágrimas y pus que suele acumularse y agravar los síntomas.
Herpes en los ojos. La infección por herpes simple comienza con ojos adoloridos, enrojecidos, llorosos y sensibles a la luz. Además, nubla la visión y es recurrente, lo que causa úlcera corneal, cicatrización y pérdida de sensibilidad. El virus del herpes simple también puede conducir al aumento de presión de los vasos sanguíneos (glaucoma) y causar ceguera parcial o total.
En ocasiones, el oftalmólogo combate esta infección raspando suavemente la córnea con un bastoncito de algodón que elimina células muertas o dañadas.
Por su parte, los virus del herpes zoster suelen atacar los nervios. De llegar al quinto nervio craneal (nervio trigeminal), la infección probablemente se extienda hacia el ojo y produzca dolor, enrojecimiento e hinchazón de los párpados. Si una persona tiene el virus del herpes es posible que contagie a su pareja al practicar juegos sexuales como el eyeball licking.
Conjuntivitis. Cuando un individuo no realiza adecuada higiene bucal, concentra bacterias que se podrían propagar rápidamente mediante la práctica erótica de lamer los ojos de otra persona y generar infecciones e inflamación de la conjuntiva, membrana que recubre el interior de los párpados y la superficie de la esclerótica (área blanca del ojo). Esta infección ocular suele llamarse “ojo rosado” y provocar enrojecimiento, picazón, lagrimeo e hinchazón de los párpados.
Además, si la persona no lava su boca antes de lamer ojos, podría llevar restos de alimentos y sustancias a la córnea y lastimarla, por ejemplo, ácidos de productos cítricos o las sustancias picantes del chile.
Clamidia ocular (tracoma). Enfermedad de la córnea causada por la bacteria Chlamydia trachomatis (que se transmite vía sexual a varias partes del cuerpo). Sus síntomas más comunes son:
Opacidad de la córnea.
Lagrimeo excesivo.
Inflamación de párpados y de los ganglios linfáticos delante de las orejas.
Pestañas invertidas.
Episodios repetidos o persistentes de clamidia ocular pueden llevar a inflamación cada vez más grave y provocar cicatrización de la conjuntiva. Es una de las principales causas de ceguera en el mundo (sobre todo de las de tipo prevenible), después de las cataratas.
Queratitis amebiana. Infección ocular causada por el parásito Acanthamoeba spp. Se estima que 80% de los casos se asocian a uso de lentes de contacto (por limpieza y/o almacenamiento inadecuados), así como a práctica de deportes acuáticos o a traumatismos.