Indicador Politico Obama, problema para México

Al presidente Barack Obama se le está deshaciendo la obernabilidad estadunidense entre las manos y su crisis se ha convertido, paradójicamente, en un problema de seguridad nacional para México.
La crisis de racismo por violencia policiaca en Missouri, las revelaciones de una estructura de espionaje que no respeta garantías constitucionales, la crisis de violencia en Irak que lo obligó a regresar tropas, la criminalidad de talibanes y Al Qaeda contra periodistas, la crisis en Ucrania, el colapso migratorio en la frontera con México y la crisis económica que no se alivia son apenas algunos de los datos que exhiben la inestabilidad en los Estados Unidos y sus efectos en los aliados.
A nivel interno, la crítica ha comenzado a perderle el respeto al profesor de derecho constitucional que como presidente de la nación se la pasa violando la Constitución y también a olvidar que Obama fue el primer presidente de origen afroamericano.
Como nunca antes, los caricaturistas han intensificado sus críticas: un caricaturista muestra a un soldado estadunidense con toda su vestimenta y equipo pero poniéndose zapatos de golf en lugar de botas y dice: es que el presidente dijo que no habría más botas en Irak. O el otro caricaturista que dice que Obama regresó de sus vacaciones urgentemente a Washington interrumpiendo sus juegos de golf, pero no para atender las crisis sino porque se le había olvidado un palo de golf.
La crisis racial y de violencia policiaca contra minorías negras es el peor de los asuntos de Obama, pero también el que ha mostrado a un presidente pasivo. El problema no radica en los motines sino en el hecho de que al primer presidente afroamericano de los EU se le presenta una crisis de racismo contra afroamericanos y el presidente mira hacia otro lado. Ahora se ha revivido el juego de percepciones: el primer presidente negro de los EU fue Bill Clinton por todo su apoyo a la comunidad afroamericana, en tanto que se dice que el primer presidente blanco de los negros ha sido Obama porque se preocupa más por la comunidad sajona.
La crisis de Obama es un asunto de seguridad nacional de México, aunque la geopolítica mexicana carezca de enfoques estratégicos. El problema migratorio lo está resolviendo Washington con la expulsión de migrantes ilegales, creando un factor de presión social en México y desde luego una ruptura del control de la frontera mexicana con Centroamérica en el Suchiate. La geopolítica mexicana debería ser más exigente con la Casa Blanca, así como Washington a veces presiona sin respeto soberano a México por asuntos de su política.
La geopolítica de México abarca su escudo de seguridad nacional: la frontera con Centroamérica, el juego de poder de Cuba, las relaciones latinoamericanas. Ante la pasividad de Obama, América Latina ha sido asumida como nueva área de influencia de gobiernos con intereses geoestratégicas: la gira de Putin, la presencia de Irán, las inversiones chinas, la influencia de Corea del Norte vía Cuba.
A ello se agrega la presión estadunidense sobre la estrategia de seguridad mexicana pero desde enfoques estadunidenses de inteligencia y seguridad nacional, aunque sin que los EU acepten su parte de responsabilidad en el narcotráfico y crimen organizado internacionales. Peor aún, el gobierno de Obama está decidiendo la despenalización de las drogas en función de sus propios intereses y sin atender los efectos en otras naciones, sobre todo en México.
El fracaso geoestratégico de Obama ha encontrado a un México igualmente desorientado, aunque los efectos aquí más graves en lo social, lo político y la seguridad pública/nacional. Lo único claro es que Obama es un problema de seguridad nacional para México.