La tortura en contra del periodista James Foley, capturado y asesinado por yihadistas del Estado Islámico, fue la más dura en comparación con la que sufrieron los demás secuestrados, «pero nunca se quebró», revelaron rehenes franceses que estuvieron junto a él.
El cruel trato que ejercieron sus captores en su contra inició luego de que le fueran encontradas en su computadora portátil fotografías de su hermano, quien sirve en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, indicó al Daily Mail el periodista francés Didier Francois.
Una vez fue ‘crucificado contra una pared» reveló Francois quien consideró a Foley como «uno de los pilares del grupo, que nunca se quebró, incluso bajo las condiciones más difíciles». Francois describió la experiencia de su captura como «áspera y a veces muy violenta».
Por su parte, Nicolas Henin, otro rehén francés quien pasó siete meses en cautiverio con Foley en Siria, reveló que el estadounidense siempre fue visto como «una especie de chivo expiatorio» por sus captores.
«Él se convirtió en el chivo expiatorio de los secuestradores, pero se mantuvo imperturbable», agregó.
James Folley, de 35 años, de edad fue secuestrado en Siria en noviembre de 2012. En los últimos días se ha dado a conocer, que los yihadistas habían solicitado una rescate por el periodista a familiares y al gobierno de EU por 132 millones de dólares, los cuales no fueron pagados.
Asimismo, se supo que el gobierno ordenó una operación especial de rescate para salvarlo a él y a otros rehenes, pero ésta fue fallida.
El detonante de la muerte del periodista, según se dio a conocer en un video subido a internet por los extremistas, fueron los recientes bombardeos llevados a cabo por EU en contra de posiciones del Estado Islámico en Irak.
«Morí ese día, Jhon, cuando tus compañeros dejaron caer esas bombas sobre estas personas que firmaron mi certificado de defunción», dijo Foley a su hermano en el video en el que se mostró su muerte por decapitación.
