Ansiedad causas, síntomas y su tratamiento

Es un estado desagradable de temor que se manifiesta externamente a través de diversos síntomas y signos, y que puede ser una respuesta normal o exagerada a ciertas situaciones estresantes del mundo en que vivimos, aunque también puede ser una respuesta patológica y anormal producida por diversas enfermedades médicas y/o psiquiátricas.
Suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a las personas enfermas.
La ansiedad se diferencia del miedo, porque esto último surge como respuesta a un peligro claro y real, como los que afectan la integridad física de una persona.
La ansiedad, por el contrario, responde a situaciones aparentemente inofensivas y es el producto de lo subjetivo; es decir, de la propia percepción de un sujeto ante un peligro real o imaginario.
La angustia puede ser inducida por fármacos.
Causas y factores de riesgo
Las causas de la ansiedad se pueden dividir en genéticas y ambientales. Aunque se menciona una predisposición al trastorno, aunque se desconoce su contribución exacta.
Entre los factores ambientales están el tipo de educación en la infancia y la personalidad, presentando mayor riesgo aquellas personas con dificultad para afrontar los acontecimientos estresantes.
Entre los factores precipitantes de la enfermedad estarían los acontecimientos estresantes, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las enfermedades físicas y los problemas laborales.
Los trastornos de ansiedad pueden hacerse crónicos si persisten los acontecimientos estresantes que los han provocado o se mantienen estilos de pensamiento que ocasionan un temor a la presentación de los síntomas, creándose un círculo vicioso entre la ansiedad y el temor a presentarla.
En general, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno fóbico que inician en la infancia tienen un curso fluctuante.
Síntomas
Existen distintos cuadros clínicos en los que la ansiedad es el síntoma fundamental.
Entre ellos estaría el trastorno por crisis de angustia, en el que la ansiedad se presenta de forma episódica como palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, temblores o miedo a morirse; el trastorno de ansiedad generalizada, existiendo un estado permanente de angustia; el trastorno fóbico, con miedos específicos o específicos; el trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas intrusivas y desagradables que pueden acompañarse de actos rituales que disminuyen la angustia de la obsesión (lavarse muchas veces por miedo a contagiarse, comprobar las puertas o los enchufes, dudas continuas); las reacciones de estrés agudo o postraumático; y los trastornos de adaptación a situaciones vitales adversas.
Diagnóstico
Se requiere de la valoración de un psicólogo(a) o incluso de un psiquiatra, que esta capacitado para la realización de una historia clínica y solicitar estudios auxiliares como examenes de sangre, electroencefalogramas, entre otros.
Tratamiento
El tratamiento depende de la intensidad de los signos y síntomas.
La mayor eficacia se ha conseguido con la combinación de psicofármacos y psicoterapia. Entre los fármacos se utilizan los antidepresivos a dosis superiores de las requeridas para tratar la depresión.
También son útiles las benzodiacepinas, que controlan los síntomas con rapidez, aunque no deberían administrarse de forma prolongada. Existen distintas técnicas de psicoterapia para los trastornos de ansiedad encaminadas al aprendizaje de técnicas para el manejo de la ansiedad.
Es importante la explicación clara sobre los síntomas físicos de la ansiedad y el entrenamiento en relajación.
Sin tratamiento, 80% siguen presentando síntomas tres años después del inicio.
Si la ansiedad es crónica pueden presentarse con frecuencia estados de depresión acompañantes.
Con tratamiento, 50% no vuelve a presentar crisis de angustia.
Una de las consecuencias de la crisis económica que atravesamos ha sido el incremento del número de personas que consultan por cuadros de ansiedad y alteraciones emocionales, un panorama que no parece que vaya a cambiar en breve. Calamaro decía ‘a seguir adelante con farmacia y con aguante’, y así será, si no queda otro remedio… pero no parece que sea lo más recomendable, o al menos eso es lo que se deduce de un estudio realizado recientemente por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha comprobado que es muy frecuente prescribir medicamentos para tratar los casos de ansiedad y depresión leve que podrían combatirse eficazmente con el empleo de psicoterapia.
Según la OCU se utilizan demasiados ansiolíticos y antidepresivos en detrimento del uso de otros tratamientos, como la psicoterapia.