Ahora sí que, de verdad, ha sudado la camiseta la Auditoría Superior de la Federación: pero sólo para volver a regar el tepache. Después de siete meses de sesudas indagatorias sobre los desmanes, tiraderos y trastupijes de la Línea 12 del Metro capitalino, llega a una gran conclusión propia de orates.
Dice el organismo superior de fiscalización del Estado mexicano que ¡ya descubrió que los Horcasitas (Enrique, ex director de Proyecto Metro, encargado de la supervisión de la construcción de la Línea 12. y Luis, integrante del Consejo de Administración de Grupo ICA, empresa que forma parte del consorcio ICA-Carso-Alstom, que construyó la también llamada Línea del Amor) son hermanos!… y que, en consecuencia, hay un conflicto de intereses. ¡Siete meses para «descubrir» lo que hasta la mamá de los Horcasitas ya sabía!
En un boletín de algún despistado de la Cámara de Diputados, se agrega que Ricardo Mejía, el mil-usos de Dante Delgado, pide que, en base a ello, se investigue a Joel Ortega, que como casi cualquier burócrata de altos vuelos puede ser un rufián de cuidado, pero que en este entierro no tiene vela.
¿A qué están jugando? Porque ese no es el punto. Las dos acusaciones que se mencionan son intrascendentes. No ayudan a esclarecer el verdadero motivo del peculado que estuvo a punto de provocar una tragedia de dimensiones incalculables.
¿Por qué no llamar a las cosas por su nombre? ¿Por qué no se termina de reconocer que el nudo de la investigación se encuentra –cómo lo hemos comentado usted y yo aquí en muchas ocasiones– en los multimillonarios contratos plurianuales asignados a una vagonera hispana para favorecer al valido? cubano de Mar-Chelito, personaje que ahora ya está triunfando y baile y baile en Hollywood?
Sí no se desentraña este desfalco, producto de una de las flaquezas humanas más caras de los últimos años, jamás se llegará a saber la verdad ¡y el pueblo de México estará a merced de estos trasegadores de carne humana, cubiertos con pieles de cordero!
Como que en este, como en muchos otros casos, a los contribuyentes nos están jugando cubano. ¿O no?
ALBAÑILES AL GABINETE, ¡PERO YA!
Ante tanta estulticia en los errores de apreciación y medición del crecimiento del país, tanto del (vice)Presidente Videgaray, como del palafrenero Carstens, como que ya va siendo hora de que blinden sus pronósticos con ajustadores verdaderamente serios en sus juicios.
Estos no podrían ser los ajustadores de seguros, pues lo más probable es que recomienden a las partes, después del peritaje, que se arreglen con una «corta» y que cada quien se quede con su golpe.
Pero van a tener que recurrir al único gremio que, por lo visto, no falla en sus cuentas, ajustes y plomadas: el gremio de los albañiles. Ya va siendo hora de incorporarlos a los gabinetes de Hacienda, del Inegi y, claro, del Banco de México.
A lo mejor, ellos sí se pitorrean del espurio Felipe Calderón y no lo dejan irse «de rositas», como sucedió en la presentación de su «libro» en –among all places– el Club de Industriales.
Los albañiles, técnicos y rudos, le pedirían que presentara su libro blanco ¡para una severa auditoría múltiple!
¿Y SI NO SE VA ROSARIO ROBLES?
¡Se desató en serio el pánico en la Secretaría de Desarrollo Social! Ante constantes filtraciones de la renuncia de Rosario Robles –que a lo mejor ni son ciertos–, los funcionarios de tercer talón han empezado a desenfrenarse, fabricando «cochinitos» demasiado obvios y peligrosos, previendo su retiro temprano.
Es el caso del Contralor Interno, un tal Eugenio Aurelio Alvirez, quien junto con el oficial mayor, Emilio Zebadúa, y que anda haciendo desfiguros administrativos, abusando de su carácter de consejero del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), sustrayendo estudios que después trata de vender a la propia Institución en la que cobra su abultado cheque quincenal.
Ni la mente más febril lo acompañaría en este asalto en despoblado. ¡Mejor sería cesarlo, antes de que? de veras provoque la salida anticipada de la titular!
VILLARREAL, UN ÑOÑO MARCA KIDZANIA
La primera vez que, en la vida de varios conscriptos panistas, se inundaron sus santiguados cerebritos de serotoninas y endorfinas –los neurotransmisores químicos de la excitación y la felicidad– quedaron como pazguatos y pelmazos.
Sin saber cómo reaccionar, igual que sus amigos de «aventuras prohibidas por el santo oficio» en el Mundial de Brasil, el otrora poderoso líder de la bancada panista en San Lázaro, el casinero, zar de los «moches» con presis municipales, Jorge Alberto Villarreal, mostró su verdadero cuero ante los micrófonos.
Resultó, como en el cuento dónde se descubre que el emperador anda desnudo, que ¡es un ñoño marca caguama! Declaró el infeliz que fue víctima «de una celada perfecta»?, cuando él «sólo iba a comer una carne asada», reconociendo de un tajo su novatez.
Quien haya filmado el video, finalmente no importa. Habría que felicitarlo, pues le hizo un gran favor a la salud de la República: desnudar a estos oportunistas de la política que, peor que una mosca que dicen se mata a periodicazos, ¡se ahogan en un videojuego!
Si lo mismo le hubieran hecho a Calderón –videograbarlo– cuando firmaba las órdenes de las masacres en completo estado de ebriedad, ¡otro sería este país! ¿O no?
Índice Flamígero: Comenta don Alfredo Álvarez Barrón que «cuando los panistas de golpe en pecho iniciaron una fallida campaña para prohibir el uso del condón, El Poeta del Nopal se sacó de la manga un infame epigrama que por obvias razones no fue publicado, y que hoy, con motivo del más reciente escándalo blanquiazul parece oportuno sacar a relucir. Nota: como siempre que el bardo se va por la libre, se sugiere discreción.» Y aquí su regalo: «En un hecho inusitado / los panistas santurrones / afirman que usar condones / es algo más que pecado; / suena tan descabellado / como un pingüino que vuela / pues quieren hacer escuela / con un argumento obscuro: / ‘si quiere sexo seguro / ¡vaya con Doña Manuela!’»
