Coneval ubica fallas en planes sociales

Falta de claridad en el destino de los recursos, acciones limitadas, insuficiencia presupuestaria, población objetivo sin definir adecuadamente y carencia de inversión en infraestructura o mantenimiento son parte de las deficiencias que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) encontró en los principales programas del gobierno federal.

De acuerdo con las Fichas de Monitoreo 2013-2014, entre los programas que no cumplieron sus objetivos están el Seguro Popular, las Caravanas de la Salud, la Escuela Segura y el ProÁrbol.

Además el Coneval encontró duplicidades en el padrón de Oportunidades y falta de medidas de seguridad en los albergues escolares indígenas.

Datos oficiales estiman que el Ejecutivo invierte 776 mil 430 millones de pesos cada año en programas para abatir carencias en alimentación, salud y educación. Con cada presupuesto, la cifra aumenta en 45 mil millones de pesos, aproximadamente.

Según información de 2013-2014, en el caso del Seguro Popular, que ejerció un presupuesto superior a los 65 mil millones de pesos, el Coneval estableció que no se logró reducir el gasto en salud de los hogares más vulnerables, es decir, que las familias beneficiarias siguieron gastando lo mismo para atender sus enfermedades, pese al subsidio.

En la evaluación advierte que “la reducción en la probabilidad de gasto de los beneficiarios es marginal, lo cual puede relacionarse con la insuficiente reducción del porcentaje de gasto de bolsillo en salud de los hogares como porcentaje del gasto en salud”. También señala que no cuenta con indicadores de los servicios que financia.

Para el caso del Programa de Dignificación, Conservación y Mantenimiento de la Infraestructura y Equipamiento en Salud también se encontraron deficiencias y falta de claridad en el uso de los recursos designados, que ascienden a 3 mil 263 millones de pesos.

Según el organismo, la Dirección General de Desarrollo de la Infraestructura Física en Salud se asume como responsable “formal”, pero no lo es en la práctica, por lo que recomienda que asuma la rectoría en el ámbito de la atención de las necesidades de infraestructura y equipamiento de las unidades médicas, para lo cual debe coordinarse con la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (CNPSS) a fin de que puedan ejercerse recursos para conservación y mantenimiento.

Por lo que toca a Caravanas de la Salud, la evaluación revela que durante 2013 diversas unidades médicas —que llegan a las comunidades más alejadas— se encontraron fuera de operación, “lo que representó un obstáculo para el programa”.

El Coneval recomienda darle continuidad a las evaluaciones externas mediante el Mecanismo de Aspectos Susceptibles de Mejora, con relación al Programa de Diagnóstico yMantenimiento de Unidades Médicas Móviles; cambio en las definiciones de población potencial, objetivo y atendida, así como modificaciones a los indicadores de fin y propósito.

El diagnóstico dice que el Programa de Prevención contra la Obesidad de la Secretaría de Salud no ha logrado cumplir sus objetivos por presupuesto limitado y por el acelerado crecimiento de los mexicanos que padecen sobrepeso.

Señala que la principal amenaza es la adopción de estilos de vida no saludables, además de que la población objetivo creció de 2011 a 2013 más que la población atendida, “lo que puede interpretarse como una dificultad para ampliar la cobertura del programa”.

Duplican apoyos

En el caso de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) se encontró que todavía existen duplicidades de los apoyos en el Programa Oportunidades, y se necesita evaluar los resultados de manera periódica.

“Tomando en cuenta la importancia de la articulación de Oportunidades con otros programas y acciones de desarrollo social, existe la necesidad de contar con evaluaciones de resultados oportunos que permitan una mejora continua”, explica.

Del Seguro de Vida para Jefas de Familia, que arrancó durante esta administración, se señala que no se pueden monitorear los avances, “por lo tanto no se puede valorar si está orientado a impulsar el desempeño del cumplimiento del objetivo”.

El Coneval reporta que el programa de la Secretaría de Educación Pública (SEP) Escuela Segura tampoco cumple con sus objetivos, porque cada año su presupuesto se ve reducido.

La variación del presupuesto incide en la distribución de recursos, disminuidos a la par del aumento de la demanda, pues la inversión promedio por escuelas pasó de 22 mil 531 pesos a 4 mil 631 entre 2008 y 2013, según el Coneval.

Escuela Segura busca generar en las escuelas de educación básica condiciones que propicien ambientes de seguridad y sana convivencia, por lo que se sugiere realizar un estudio para ver si la disminución del presupuesto afecta “la capacidad de las escuelas para cumplir con el objetivo o para implementar su plan estratégico de seguridad”.

Del Programa de Deporte, a cargo también de la SEP, se advierte que las metas de estos apoyos resultan “conservadores” y “en términos porcentuales no se aprecia la evolución de la población beneficiada, ya que el universo es el mismo en cada año, no presenta cambios en la cuantificación total”.

Agrega que “incluso con los cambios realizados en 2014 al indicador de fin, es poco representativo para dar cuenta de los resultados del programa a mediano o largo plazos, y confirmar si con los recursos otorgados a los miembros del Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte y otros beneficiarios se fortalece la práctica deportiva”. Este programa recibió el año pasado 3 mil 653 millones de pesos de presupuesto.

Del Programa ProÁrbol-Protección Forestal, ejercido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se encontró que carece de personal certificado y ha sido afectado por plagas, sequías e incendios.

Además existe falta de subsidio a las comunidades que protegen los bosques. El año pasadoProÁrbol ejerció un presupuesto de mil 661 millones de pesos.

El Coneval recomienda instrumentar una metodología que permita la obtención de indicadores tanto ambientales como económicos y a su vez, estimar los niveles de afectaciones causados por los incendios forestales, además de establecer un sistema de evaluación y certificación del personal de la Comisión Nacional Forestal, en el que se tomen en cuenta habilidades, capacidades, conocimientos y valores en esta materia.