Novelas juveniles, de la fantasía a la realidad

Más que con los personajes que suelen ser adolescentes y preparatorianos, la identificación con las historias se debe a las temáticas que abordan. Los chavos que las protagonizan sufren enfermedades terminales, trastornos de personalidad, violencia, «bullying». Especial
Más que con los personajes que suelen ser adolescentes y preparatorianos, la identificación con las historias se debe a las temáticas que abordan. Los chavos que las protagonizan sufren enfermedades terminales, trastornos de personalidad, violencia, «bullying». Especial
Sortean enfermedades terminales y viven a partir de que hoy podría ser el último día de sus vidas; afrontan la drogadicción, las violaciones, los suicidios y las familias disfuncionales con el humor negro de su adolescencia; son jóvenes que protagonizan historias para jóvenes lectores en lo que se ha llamado literatura o novelas realistas, género literario que desde hace un año y medio en México ocupa los primeros lugares en las ventas de libros de ficción.
Desde que Bajo la misma estrella, de John Green y luego otros como Las ventajas de ser invisible, de Stephen Chbosky, aparecieron, el mercado del libro juvenil se ha llenado de historias más de la vida real, donde los jóvenes lectores ya no encuentran vampiros, hadas, hombres lobo y seres fantásticos —género que los editores llaman romance paranormal—, ahora hallan problemáticas más cercanas a la vida cotidiana y personajes con los cuales pueden identificarse.
En el mercado y mesas de novedades hay decenas de libros de todos los grupos editoriales internacionales con presencia en México: Alfaguara, Planeta, Penguin Random House y SM Ediciones, que ofrecen historias que abundan también en secuestros, marginación, violencia, bullyng, migración y narcotráfico. Se trata del boom de la literatura realista.
Editores de literatura juvenil, como Diego Mejía, de Penguin Random House; Modesta García, de Grupo Planeta; Elizabeth Rosales, de Alfaguara, y Ana Arenzana, de SM Ediciones, se refieren a la presencia de estas historias realistas como un boom que comenzó hace un año y medio y que esperan que continúe por lo menos dos años.
Diego Mejía dice que hay un boom por la literatura juvenil, tanto de romance paranormal como de novela realista, pero de todos estos libros son uno o dos los que explotan y venden 10 mil, 20 mil, 30 mil ejemplares en menos de un mes. “Hay que tener paciencia desde la editorial… a ningún libro le va a ir como Bajo la misma estrella, que es un caso singular que en menos de dos años lleva 200 mil ejemplares; sin embargo los otros son libros que de repente te das cuenta de que se acabaron y tienes que reimprimir; la gran mayoría de los libros en México son así, hay uno o dos que explotan y los demás van paso a pasito”, afirma Mejía.
Elizabeth Rosales, la gerente de literatura infantil y juvenil de Alfaguara, señala que es una tendencia mundial que se viene observando desde hace un año y medio, fue entonces cuando lanzaron la novela Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky, que fue llevada al cine en 2013 y que aunque es una novela publicada en los años 80, el año pasado comenzó a despegar y hasta ahora alcanza ventas superiores a los 100 mil ejemplares.
“El medio editorial y la tendencia marcan que los chavos cada vez están más compenetrados y buscan más contenidos realistas con los que se identifiquen; la tendencia de la literatura fantástica, de los vampiros, fantasmas, cazadoras de sombras, dejó de interesarle ahora a este mercado y a esta generación. Fue un boom lo que ocasionó Crepúsculo en 2008, pero las generaciones van cambiando sus gustos. La literatura realista es una tendencia que se viene observando a nivel mundial”, reconoce la editora de Alfaguara.