Tanorexia: Obsesión por el bronceado

De la misma forma que un adicto a la nicotina sufre cuando no tiene un cigarro en la boca, hay quienes incapaces de vivir sin baños de Sol, sufren ansiedad y hacen cualquier cosa por recibir directamente la radiación solar o utilizar cabinas de rayos ultravioleta (UV) con tal de lucir un bronceado perfecto.
En pocas palabras, el adicto al Sol debe superar el síndrome de abstinencia para evitar grave daño a la salud. ¡Infórmate!
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La tanorexia es condición por la cual la persona experimenta obsesión por el bronceado y, a pesar de quemarse la piel, nunca parece satisfecha con el tono que ésta adquiere.
Un estudio de la Escuela Médica de Harvard, en Estados Unidos, reveló que la exposición crónica a la radiación UV provoca en ratones la liberación de endorfinas y, por el contrario, cuando se les impide que sigan recibiendo la luz UV, sufren síntomas de abstinencia (temblores y castañeo de dientes).
Considerando que la reacción de la piel frente a los rayos ultravioleta parece ser común entre especies, los investigadores concluyeron que esta interesante relación entre bronceado y endorfinas también está presente en los seres humanos.
Tanorexia: trastorno dismórfico corporal
A pesar de las campañas de información sobre los peligros de la exposición frecuente a rayos ultravioleta, sigue aumentando el número de personas que presentan adicción al bronceado, conducta enfermiza que ha sido considerada dismorfobia, es decir, falta de aceptación crónica de la imagen corporal o facial.
Los especialistas aseguran que la también llamada dismorfofobia es trastorno mental que genera una imagen distorsionada del propio cuerpo, y suele diagnosticarse a personas extremadamente críticas con su físico, apariencia o imagen corporal, a pesar de que no existe defecto o deformación objetiva que lo justifique.
La tanorexia es trastorno dismórfico que afecta, sobre todo, a mujeres entre 17 y 35 años, quienes a pesar de lucir bronceado excesivo, consideran que se ven pálidas e insisten en conseguir un tono de piel más oscuro, de ahí que pensar en la posibilidad de renunciar a los baños de Sol les cause angustia y sentimientos de culpa. Incluso, para satisfacer su obsesión en días nublados, recurren a las camas de rayos UVA, donde obtienen su “dosis” de radiación artificial.
Melanoma, antesala del cáncer de piel
La obsesión por el bronceado eleva el riesgo de que la persona sufra melanoma, que es el tipo más serio de cáncer de piel.
Con frecuencia, el primer signo de esta condición es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar, señal que lleva a quienes sufren tanorexia a consultar al médico (dermatólogo).
Así, los peligros de la exposición frecuente a rayos ultravioleta incluyen, por ejemplo, manchas, arrugas, o cambios en el tamaño o forma de los lunares, los cuales pueden ser síntoma de grave afección.
Muchos dermatólogos consideran que podría existir una conexión entre las quemaduras solares derivadas de la adicción al bronceado durante la adolescencia y juventud con la aparición del melanoma en etapas posteriores de la vida.
Además de la piel, la radiación UV también daña la salud visual, pues se sabe que eleva la probabilidad de sufrir cataratas y otras lesiones oculares que, de no tratarse oportunamente, pueden afectar severamente la visión e, incluso, producir ceguera.
Bloqueadores solares, aliados de la salud
Los riesgos de la tanorexia pueden reducirse si aprendes a disfrutar del “astro rey” de manera inteligente, es decir, logrando un balance entre la protección solar y las actividades al aire libre, de forma que consigas una piel bronceada sin afectar tu salud física ni caer en una dismorfobia.
Para ello, los protectores o bloqueadores solares (crean una barrera contra los rayos UV dañinos) son los mejores aliados, por lo que debes aplicarlos en toda la piel expuesta, procurando que tengan un Factor de Protección Solar (FPS) de, por lo menos, 15 y reaplicarlos cada 2 horas, incluso en días nublados, y después de nadar o sudar.
Además de causar envejecimiento prematuro, quemarse la piel tiene efectos acumulativos y consecuencias fatales para la salud.