Reformas, piedras angulares de la devastación del país: EGR

Para desmontar el Estado de Derecho y, con ello, a las instituciones nacionales, se han impuesto las denominadas reformas estructurales: laboral, educativa, hacendaria y energética y en ninguna, advirtió la noche del viernes pasado el conferencista principal, el doctor José Enrique González Ruiz, ante los integrantes del partido político Morena, ni el gobierno ni la representación social y del pacto federal se ha atrevido a consultarnos a nosotros, los ciudadanos.
Consideró que son estas cuatro reformas las piedras angulares de la devastación de la vida nacional y del futuro del país que será, en breve, engullido por la burbuja del neoliberalismo en la que sólo rige la ley del interés económico, del dinero y de la acumulación per sé, incluso más allá de quienes con su trabajo y habilidades y sus conocimientos generan la riqueza.
El catedrático e investigador del Instituto de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México consideró que los daños resultantes de la imposición “a chaleco” de estas reformas serán resentidas por una generación de mexicanos, en el futuro próximo con mayor profundidad que las actuales generaciones.
Queda claro –dijo—, que la sociedad en general no se quedará cruzada de brazos; sin embargo, falta información y, lo más importante, conciencia, por lo que se precisa trabajar más en las comunidades, ofrecer espacios de organización y construcción de liderazgos.
Los embates están a la vista: observamos cómo los medios de comunicación confunden a la opinión pública, cómo, por ejemplo en la lucha de los maestros para contrarrestar la reforma educativa, desde el poder político y de los medios de comunicación se les denosta, se les descalifica y se pretende señalarlos como delincuentes. El poder económico, dijo, la concentración del poder económico en el capitalismo, tiene su centro en la ignorancia, en la necesidad y en la pobreza. Eso lleva a la gente a vender su conocimiento, su oficio, sus capacidades, su salud al convertirse en simple mano de obra que no participa de la riqueza que produce.
En el caso de la reforma