Homicida serial de niñas daba catequesis religiosa

Detenido por portación de armas y señalado como presunto responsable de feminicidio serial, el instructor de karate Filiberto Martínez Hernández habría pertenecido “unos meses”, según el obispo de Ciudad Valles, Roberto Octavio Balmori Cinta, y el párroco de Tamuín, Marcelino Félix López, a un grupo de catequesis.

No obstante, el jerarca diocesano y el sacerdote, esclarecieron que el indiciado y sospechoso de incurrir en el asesinato de al menos cinco mujeres, entre ellas una niña de baja edad, se separó de las actividades de catequesis, 18 meses antes de que fuera acusado.

Fuentes allegadas a la Iglesia Católica indicaron que al pronunciarse sobre este caso, el obispo de Ciudad Valles lamentó los hechos y, sustentado en datos proporcionados por el párroco de Tamuín, el sacerdote Marcelino Félix López, dejó en claro que Martínez Hernández se separó del grupo de apoyo de catequesis un año y medio antes de que trascendieran los hechos que hoy lo mantienen como reo de la justicia penal.

El jerarca católico huasteco dijo orar por el dolor de las familias de las víctimas de Martínez Hernández y confió en que las autoridades judiciales actuarán correctamente.

Por otra parte, y en Soledad de Graciano Sánchez, en voz de la señora Alicia Camacho, representante del grupo de apoyo al sacerdote Guillermo Gil Torres, indiciado por el presunto abuso a un menor de edad y encauzado por el Juzgado Cuarto Penal, indicó que “los vecinos de la Colonia 21 de Marzo” sostuvieron un encuentro con el arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, en el que el jerarca católico comprometió que, de encontrarse inocente el sacerdote, será reintegrado como Párroco de Santa Rosa de Lima.

La señora Camacho dijo que, además, se suscribieron otros compromisos con el jerarca católico potosino, pero resaltó que, “hoy por hoy, el más importante tiene que ver con su re-instalación en la parroquia”.

Los feligreses, que se han mantenido al tanto de la situación en el CEPRERESO de La Pila, indicaron que por ahora el sacerdote se mantiene en una crujía destinada a reos de edad avanzada y baja peligrosidad, pero manifestaron su temor a que, conforme avance el proceso, pueda ser integrado a un área común, donde creen que peligrará su integridad.

Indicó que los feligreses se mantendrán atentos y que orarán para que se compruebe de manera fehaciente e irreversible su inocencia.
Respecto de los compromisos suscritos con el arzobispo dijo simplemente: “Creemos en su palabra.”