Palabras y orgullo ajenos

Costa Rica será un país pequeño en el globo terráqueo, pero enorme en todo lo demás. Lo de ayer en la Arena Pernambuco es histórico, es inspirador. Un puñado de hombres le enseñaron a todos que no hay que bajar los brazos sin importar la adversidad…”
Hace años escuché una anécdota de Carlos Fuentes, quien solía salpimentar sus opiniones con frases aparentemente humorísticas. Por ejemplo, un día me lo topé en la silla gestatoria del bolero afuera de un hotel de Polanco.
—Aquí, me dijo, en el Nirvana de la “boleada”.
Pero esa frase no guarda relación con este comentario. La necesaria ahora es una definición suya sobre Costa Rica, la notable nación centroamericana de donde (perdón por el abuso en la primera persona) salieron algunos de mis antepasados. Abuelo paterno y tíos de la misma rama genealógica. Hoy ese pequeño país está en boca de todos por su desempeño en el Mundial de Futbol.
He tomado al azar algunas frases de sus editoriales en el periódico La Nación, de San José. Son ideas sueltas si se quiere, pero cómo nos habría gustado verlas, por los mismos motivos, sin alusiones a la estatura geográfica, en la prensa mexicana, no la catarata de idioteces con las cuales nos abrumaron antes de la derrota. Estas son palabras dichas después de la victoria. Vea usted el ejemplo liliputense.
“Basta. Por favor, basta. Un cuerpo no puede aguantar tantas emociones.
“Estas líneas todavía se escriben con demasiado nerviosismo. El corazón aún sigue en la mano. La respiración apenas está regresando. Y se necesitará más de una noche para apaciguar tales sensaciones. Muchas seguramente; todas las que dure esta vida, quizás.
“Es que con solo recordar a Michael Umaña corriendo hacia la esquina con las lágrimas incontrolables, los abrazos desmedidos y las carcajadas histéricas de todo un país sobre sus espaldas, el pulso se vuelve a acelerar.
“Por Dios, ¡estamos entre la élite del fútbol mundial! ¡Estamos entre los ocho mejores equipos del planeta! Aquí no está Italia, no está España, no está Portugal. ¿Cuántas de sus figuras darían sus millones por estar en la posición de este humilde país al que alguna vez seguramente confundieron con Puerto Rico?
“No obstante, la garra no se compra. El sacrificio ni el trabajo tampoco. Costa Rica será un país pequeño en el globo terráqueo, pero enorme en todo lo demás. Lo de ayer en la Arena Pernambuco es histórico, es inspirador. Un puñado de hombres le enseñaron a todos que no hay que bajar los brazos sin importar la adversidad…”
REALIDAD
Así como pasó con la reforma constitucional en telecomunicaciones, que fue aprobada por una mayoría plural de 112 votos, las leyes secundarias serán avaladas con un gran consenso, porque se trata de una reforma profunda en la que se fortalecerá al Instituto Federal de Telecomunicaciones —como autoridad en la materia—, y a los tribunales especializados, lo cual dará certidumbre jurídica a la inversión productiva en el país, afirmó Emilio Gamboa.
DEBATE
Hoy a las once de la mañana, en el Salón de Protocolo, habrá un debate sobre “Niños migrantes”, organizado por la coordinación de Comunicación de la Cámara de Diputados. La mesa será granada para el programa “Desde el Congreso”, cuya emisión es los miércoles a las diez de la noche.
UIA, una nueva etapa
“… la universidad no puede constituirse sin más en custodia de lo viejo y endosar aquello novedoso que puede descubrir a los mecanismos automáticos del sistema. Al entregar en la universidad a las generaciones futuras del mundo tal cual pensamos que es, les hemos de entregar también sus múltiples posibilidades: abarcar, aunque sea por contraste su reverso y sus alternativas…”.
La semana comenzó para la Universidad Iberoamericana de manera muy notable y prometedora. El relevo en la rectoría (termina el periodo de José Morales y comienza el de David Fernández Dávalos) sugiere una plena reorientación de los esfuerzos educativos y sociales de la institución, orientada especialmente hacia un valor: el compromiso por la justicia.
El discurso inaugural del jesuita Fernández Dávalos es una pieza en la cual alguien hallará el imprescindible germen de la rebeldía crítica, mientras otro podrá encontrar residuos de teologías liberadoras.
Revisemos estas líneas a la luz del compromiso ético y político:“… la universidad no puede constituirse sin más en custodia de lo viejo y endosar aquello novedoso que puede descubrir a los mecanismos automáticos del sistema. Al entregar en la universidad a las generaciones futuras del mundo tal cual pensamos que es, les hemos de entregar también sus múltiples posibilidades: abarcar, aunque sea por contraste su reverso y sus alternativas…”.