A empujones, sacan a jóvenes del Senado por ir contra Telecom

Hora de pasiones. En el Senado, el debate en comisiones dictaminadoras de la legislación de telecomunicaciones, tiene un transcurso de tedio, hasta que se pone de pie un grupo de jóvenes, en la galería, y al grito de “¡vamos a leer un documento!”, sacuden el salón en el que los senadores guardan silencio.

Al frente de la asamblea, el panista Javier Lozano es de piedra. Emilio Gamboa Patrón, mariscal de campo de los senadores del PRI y del PVEM, mira atento el movimiento en las filas del centro, donde tiene espacio el público acreditado.

Los jóvenes preocupados por el contenido de la legislación han dejado sus identificaciones, en el acceso al Senado, a cambio de un pegote que les permite estar allí, pero bajo marcaje, a un metro de distancia acaso de la gente de seguridad.

Pertenecen al Frente Democrático de la Comunicación, que ya estuvieron en reuniones, en frío. Esta noche es distinta, la definitiva para la ley.

En tribuna, Marco Antonio Blásquez, del PT, les sorprende que argumente en favor.

Aplaudieron con entusiasmo a Javier Corral y quieren leer dos páginas; ante la presencia de los hombres que los van a echar del salón gritan: “¡No nos van a censurar! ¡No nos van a censurar!”

—Me estás tocando, me estás tocando —se quejan cuando los guardias del recinto legislativo buscan cómo someter al hombre de melena larga, y al güero con fuerza para no dejarse someter.

—Soy un ciudadano, no me toques.

—¿Por qué no nos dejan hablar?

—Déjame, no me toques, —grita una de las jóvenes del grupo.

— Tenemos derecho a expresar nuestra posición.

Cambiados los papeles, los que cobran por hablar, los senadores están callados. Nadie en escaños habla. Y surge un momento chusco, de los activistas: “Antes de que nos saquen, sintonicen 102.1 para que se entere la sociedad”. Y retan: “¡Un debate, Lozano; no tengas miedo!”.

En un tono de hielo, Alejandra Barrales (PRD), pide: “No saquen a los presentes”.

Eso relaja a activistas y guardias de seguridad. Terminan su acto de protesta y se van.

Antes habían pedido entrar como reporteros, al ser de radios comunitarias, pero al no cubrir los requisitos ingresaron por invitación de la senadora Marcela Torres Peimbert (PAN). Ya de vuelta al tedio, Benjamín Robles y Alejandro Encinas (PRD) defendieron la libertad de expresión de los jóvenes que se fueron con su verdad… en la mochila.